El juicio del caso Cursach queda visto para sentencia con el fiscal pidiendo disculpas entre lágrimas a los acusados
Todos los acusados, salvo Cursach, han hecho uso de su derecho a la última palabra

Cursach y Sbert se abrazan tras la intervención de este último antes de que el juicio quedara visto para sentencia

Pasadas las 14:00 horas la presidenta del Tribunal, Samantha Romero, decretaba el juicio visto para sentencia. Lo ha hecho tras la intervención en su alegato final del número dos de Cursach, Bartolomé Sbert que se fundía en un abrazo con palmadas en la espaldas con el que fue su jefe mientras le decía si él quería hablar. Cursach le decía que no.
Ha sido uno de los momentos que nos ha dejado la última sesión del juicio pero no el único. El protagonista ha sido el fiscal Tomás Herranz que, entre lágrimas, ha pedido disculpas a los acusados, ha pedido perdón y entre aplausos de los abogados defensores ha finalizado su intervención de más de dos horas. Herranz ha justificado la retirada de acusación y ha incidido en las irregularidades que, dice, se han producido durante la instrucción. Ha hablado de uso injustificado de testigos protegidos, de dar veracidad a la versión de testigos anónimos. Ha acusado de calumnias al juez de instrucción Manuel Penalva, al fiscal Miguel Ángel Subirán y al grupo de blanqueo de capitales. Su intervención ha terminado entre lágrimas y pidiendo disculpas. Herranz ha sido muy contundente a la hora de hablar directamente de fracaso y ha insistido en la excepcionalidad de lo que ha ocurrido en este juicio con la retirada de las acusaciones por parte de la Fiscalía.
Los policías acusados han hecho uso de su derecho a la última palabra y todos han explicado el calvario que, coinciden, han vivido estos últimos ocho años y han agradecido el trabajo hecho por Fiscalía y abogados defensores. Muchos de ellos no han podido evitar las lágrimas al explicar la situación que han estado sufriendo durante todo el proceso y su detención y encarcelamiento que ha terminado ahora con su absolución. En ese turno ha hablado también el número dos de Cursach, Bartolomé Sbert. Ha revelado una conversación en prisión con su abogado en la que el letrado le hablaba de la "tormenta perfecta" porque él no veía un delito.
En su relato ha asegurado que ahora mismo está arruinado "pero absuelto". "Ha habido testigos aquí que han dicho gracias, por fin estamos ante la justicia y se aclarará que Cursach, Sbert y toda la mafia van a solucionar todo y el que más alegre estaba por estar aquí ante la justicia, era yo", ha explicado Sbert.




