Las rebajas de invierno, campaña 'trampa' para el comercio local

Palma

Este sábado comienzan las rebajas de enero, una fecha importante para el comercio local y de proximidad, que intentará anexarlo a una campaña navideña que ha estado cerca de la de 2019, según la patronal PIMECO, "alrededor de un 8 o 10% por debajo". El problema que ve su presidente, Toni Fuster, es que el concepto de rebajas ha cambiado con los años, entre otras cosas, por la necesidad de que el sector pueda ampliar las ventas y paliar su delicada situación, pero también por la competencia online y de grandes almacenes, que "ha desvirtuado esa esencia".

Del mismo modo lo ve Melchor, tercer propietario de la tienda de calzados que lleva su nombre. Un negocio histórico en la capital balear. Ha explicado que en el caso de un comercio modesto, no se puede competir con los grandes, que pueden permitirse vivir en rebajas casi permanentes. "Tenemos que pagar personal, impuestos, el mismo género, los gastos en suministros, que han subido una barbaridad, etc.; por tanto, el margen que tenemos para hacer rebajas, que las hacemos, es mínimo", ha lamentado.

Un punto a favor que ha reivindicado Melchor es que los pequeños cuentan con el trato cercano y llevan la recomendación por bandera. En el caso de los zapatos y en referencia al comercio online, ha contado que "es complicado acertar en una compra si solo se ve mediante una foto en internet, ya que cada pie es un mundo".

"En nuestro caso, probamos cada par de zapatos que entra en la tienda, mientras que en los grandes almacenes, al comprar en grandes volúmenes, eso se pierde", ha indicado, —"además, yo llevo aquí toda la vida, eh (risas)—. Eso permite la recomendación personalizada, ya que "la mejor opción depende del tamaño del pie, de si es supinador o pronador, de si hay juanetes...no te puedes equivocar con esto".

Por otro lado, Mateu conoce el comercio local desde hace más de 50 años y lleva más de 20 regentando la tienda de ropa Pedro Lladó. Ha visto cómo el negocio de toda la vida ha ido perdiendo peso con la llegada de grandes almacenes. Tiene claro que la baza a favor con la que juegan es la explicación y el consejo personal al cliente, al que hay que tratar, prácticamente, "como si fuera un dios".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

"Si lo has fidelizado, ya te conoce y sabe que no lo engañarás. Cuando llega, sabe que lo asesorarás y le dirás si este pantalón le queda bien o si le hace algo de bolsa atrás, por ejemplo. Eso en las grandes superficies no pasa, allí parece que todo le quedará perfecto y de diez, según el dependiente", ha comparado.

Junto a la competencia y al poco margen para bajar los precios, Mateu ha apuntado a un tercer factor que afecta directamente a su área de negocio: las temperaturas impropias de esta fecha, que hacen que no se venda prácticamente nada de abrigo. "Tendríamos que estar en una venta de un 60% y rondamos el 15%, hay un stock interminable. Ya no se venden aquellos chaquetones de lana, la gente pide prendas livianas, prácticas y que pueda meter en una bolsita si tiene calor y se la quita", ha lamentado.

Finalmente, y por motivos como estos, Fuster ha recordado que "es el cliente y el ciudadano quien decide en cierto modo el modelo de ciudad, y cada euro que se gaste en el pequeño comercio ayuda a su supervivencia y mantiene el dinero y la inversión en su tierra".