Hablar de turismo no es sexy
En efecto, hoy no se habla de otra cosa, hasta el punto de que nos preguntamos de qué hablábamos cuando no hablábamos de turismo
La línea roja - Matías Vallés (20/01/2023)
Palma
Vamos a hablar de turismo, así que me veo obligado a recordarles que hablar de turismo no es sexy.
Entenderé, por tanto, que la perspectiva de un comentario sobre turismo les invite a desconectarse ahora mismo, pero precisamente quiero reivindicar los tiempos en que los baleares ni mencionábamos una actividad que en el fondo despreciábamos.
El milagro de Balears no consiste en haber inventado el turismo de masas, sino en haber desarrollado esa variante de la ganadería intensiva viviendo de espaldas a su desarrollo y esclavitudes.
Hablar de turismo se consideraba de mala educación, producía una cierta vergüenza reconocer la fuente de una riqueza hoy desaparecida.
Hasta bien entrado este siglo, ninguna persona educada introducía menciones a factores tan poco fascinantes como la duración de la temporada o el tráfico por los aeropuertos de las islas.
En efecto, hoy no se habla de otra cosa, hasta el punto de que nos preguntamos de qué hablábamos cuando no hablábamos de turismo.
Si desean una excusa, ahora no hay forma de dar la espalda a los turistas, porque los tenemos encima y se han adueñado de Balears.
Por si esto fuera poco, cada turista viene acompañado de una estadística, elaborada por las entidades parasitarias de nuestra única actividad económica.
En fin, que les prometo no volver a hablar de turismo, si podemos evitarlo.