Vivir en ocho metros cuadrados: cuando el mercado de la vivienda te expulsa a una autocaravana
Enrique, Francisco, Cristina y Antonio, cada uno con una realidad diferente, viven en autocaravanas a pesar de tener trabajo e ingresos. La situación del mercado de la vivienda no les permite acceder a un piso o una habitación de alquiler
Entrevista a Enrique en su caravana
Palma
Vivir en ocho metros cuadrados. Las autocaravanas se han convertido en la única salida para personas que, aun teniendo trabajo, se encuentran con enormes dificultades para acceder a un alquiler. No pueden hacer frente al pago de 800 o 900 euros por un piso y en muchas habitaciones de apartamentos compartidos tampoco los quieren, por su edad o su tipo de contrato de trabajo. En el aparcamiento del polideportivo de Son Hugo de Palma, alrededor de 25 autocaravanas permanecen aparcadas desde hace años, dando un techo y un refugio a quienes se han visto expulsados del mercado inmobiliario.
Enrique tiene 67 años y trabaja como autónomo arreglando electrodomésticos. Compró un furgón en 2015 y en los últimos años se ha dedicado a acondicionarlo para poder vivir en él. Con una cama, lavabo, baño y fogones para cocinar, vive en ocho metros cuadrados. Terminó viviendo en la caravana porque le es imposible pagar durante todo el año, lo que cuesta un piso y ahora sus gastos son reducidos y no superan los 500 euros al mes. Reconoce que le gustaría poder vivir en un apartamento, pero el coste de la vida y su situación económica no se lo permiten.
En el mismo aparcamiento se encuentra Antonio. Ronda los 50 años y es uno de los primeros habitantes de la zona. Llegó hace cuatro años y desde entonces tiene allí instalada su autocaravana. Trabaja como fijo discontinuo en hoteles, como director de partida y gana un buen sueldo. Sin embargo, su condición de fijo discontinuo y el pretender alquilar algo en solitario le ha impedido acceder a una vivienda.
Antonio sobre su contrato de fijo discontinuo
Estuvo tres meses viviendo en el coche hasta que se decidió a comprar la autocaravana.
Antonio pasó tres meses durmiendo en el coche
Antonio trabaja durante la temporada alta, pero recuerda desde siempre los problemas para acceder a una vivienda.
Antonio se niega a pagar alquileres imposibles
Cristina lleva un mes viviendo en su autocaravana con su perro. Tiene más de 70 años y sigue trabajando porque no tiene jubilación. Le es imposible acceder a una vivienda.
Cristina vive hace un mes en la caravana
Francisco es joven y trabaja realizando trabajos verticales. Leva casi un año viviendo en su furgoneta, que ha habilitado para poder dormir y cocinar. Llegó de Andalucía con un contrato de trabajo, con un sueldo que no le permite acceder a un piso. Vivir en la furgoneta le da margen para ahorrar un poco y vivir cómodo.
Entrevista a Francisco en su furgoneta
De las cuatro furgonetas que había aparcadas hace cuatro años han pasado a contar más de 25. Hay quien incluso vive en un autobús y quienes tienen mucha menos fortuna, se ven obligados a hacerlo en un coche.