Antonio, rescatado durante el temporal: "Intenté abrir la puerta del coche y clavar el pie en el suelo, pero la corriente del torrente era más fuerte"

Palma

"Teníamos mucho miedo, pero gracias a vuestra rapidez estamos a salvo. Para nosotros sois unos héroes. Os queremos". Así han agradecido Carla y su hermano Cristian, de 12 y 10 años, respectivamente, a la policía y a los bomberos que les rescataran durante el paso del temporal Juliette. La corriente del torrente de Sa Riera arrastró el vehículo en el que viajaban los dos niños, junto a su padre, el pasado 28 de febrero.

El policía Óscar Mora, del grupo de atención al ciudadano, recibió un aviso urgente de la zona del Secar de la Real y Son Roca. Le avisaron de que un vehículo había sido arrastrado por la corriente del torrente y que en el interior había un padre con sus dos hijos menores.

Al llegar al lugar, los policías explican que no vieron nada. Estaban en una zona frondosa de vegetación, muy oscura, y llovía. Tras explorar el cauce, Mora encontró una rampa de barro, muy inclinada, que daba al agua. Entonces, Mora decidió adentrarse al torrente. Se arrastró por el suelo y entró al agua. Al encontrar el vehículo, cuenta que lo primero que vio fue la cara atemorizada de Clara. El agua les llegaba por la barriga.

El padre, Antonio Sintes, cuenta que el vehículo resbaló y cayó al agua. Asegura que no pudo frenar. "Íbamos navegando. El coche daba saltos". Cuenta que, la primera vez que se paró el vehículo, intentó abrir la puerta y clavar el pie en el suelo. Pero la corriente del torrente era más fuerte.

Ante la impotencia de ver a sus hijos dentro del coche, Sintes intentó abrir la puerta una segunda vez. Pero no lo consiguió. Cuenta que el choque seguía en movimiento y que chocó contra unas rocas. El vehículo fue arrastrado unos 270 metros.

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El oficial de policía, José Calisto, que llegó más tarde, asegura que fue un rescate complicado. Entraron en el torrente sin asegurar. Hicieron una cadena humana: se agarraron a unas ramas y al cinturón de seguridad de uno de los bomberos. Calisto asegura que es una de las situaciones más angustiosas a las que se ha enfrentado. Finalmente, consiguieron llegar a la familia. Primero sacaron a Carla, luego a su hermano y finalmente al padre.

A día de hoy, Mora dice que aún no sabe como encontró el coche. Por suerte, todo terminó bien. Y también quedó una anécdota para recordar. Calisto cuenta que Cristian, no soltó en ningún momento las tablas de multiplicar que llevaba impresas, porque según dijo, "al día siguiente tenía deberes".