Antes de las elecciones no habrá taxis
Un ciudadano ha de disponer de un taxi en un lapso razonable, aunque nadie lo diría en Palma
La línea roja - Matías Vallés (10/03/2023)
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Palma
El taxi es un servicio público, aunque nadie lo diría.
Por tanto, el número y funcionamiento de los taxis ha de ser regulado por la Administración, aunque nadie lo diría.
Un ciudadano ha de disponer de un taxi en un lapso razonable, aunque nadie lo diría en Palma y perdonen el etnocentrismo.
El año pasado, miles de palmesanos conocieron la angustia de no disponer de un taxi, con independencia del modo de contratación que intentaran.
Ni en la calle ni en la centralita, la palabra tercermundismo en declive se inventó para describir la situación vivida en el verano de 2022.
Un año después, y al borde de una nueva temporada turística, ninguna administración ha llevado a cabo la mínima reforma que apunte a una mejora de la situación.
Es demasiado fácil predecir que los próximos meses volverán a ser un infierno para los ciudadanos de Balears que deseen legítimamente desplazarse en taxi.
Pagando, todo sea dicho, precios exorbitantes.
La responsabilidad corresponde a quienes no han llevado a cabo ninguna medida correctora, más allá de sacarse el problema de encima.
Ya sabemos que los políticos no son muy receptivos a los argumentos citados, pero tenemos una mala noticia.
Antes de las elecciones ya no habrá taxis.
Y no solo se manifiestan los taxis, las personas que se quedan sin taxi también votan.
Es fácil imaginar a quién no van a votar.
