2-0. Una obra de arte mantiene con vida al Ibiza

Ibiza

Corría el minuto 67 de partido en el Palladium-Can Misses cuando Coke convertido en extremo derecho puso un balón al área, la defensa del Burgos rechazó y el cuero le cayó en la frontal a Ivan Morante. Lo que sucedió en los tres segundos posteriores es lo que hace que el fútbol sea algo tan grande. El medio centro controló con su pierna izquierda para acomodarse el esférico al pecho, se deshizo de un contrario con un sombrero, y sin dejarlo caer al césped bajó de nuevo a su bota zurda para impactar con todas sus fuerzas a la pelota que salió como uno obús, y no paró hasta llegar al fondo de la portería de un guardameta top como Caro. Entró por toda la escuadra, un golpeo de folha seca . Hubo un instante de incredulidad y de repente, Can Misses enloqueció por lo que acababa de ver. También Morante y sus compañeros. Protagonista y testigos de un gol de dibujos animados, de esos que justifican el pago de una entrada, el mejor de la temporada en la Liga SmartBank y que ponía a la UD Ibiza por delante en el marcador.

Un tanto que encarrilaba la victoria de un equipo que no se rinde, aunque siga teniendo un horizonte sombrío. En el tiempo de descuento, Kaxe certificaba un triunfo vital para seguir respirando y para que los optimistas antropológicos, devotos de la Cofradía del Cristo Ardiendo, puedan seguir cantando aquello de sí se puede y pensando que la permanencia en la categoría no es misión imposible.

La UD Ibiza, diezmada por las bajas en ataque, soportando una semana terrible con diagnóstico de lesiones graves y fugas vergonzosas fue un equipo serio y apañado en todo momento ante uno de los bloques más rocosos y duros de pelar de la Liga SmartBank. Con sus carencias, cuesta un mundo generar ocasiones de gol, porque no sobra desequilibrio y talento en los metros finales, con despistes defensivos, que volvió a salvar San Fuzato. Pero en esta fase de la temporada también es un equipo mucho más compacto, que ha incorporado virtudes, sobre todo un mejor posicionamiento en el campo, que pelea, que tiene fe, Y en eso tiene mucho que ver la mano de un técnico veterano, Lucas Alcaraz, que ha convencido al vestuario de que hay que seguir creyendo. Ha puesto orden en el campo y ahora la UD puede competir en cualquier campo y ante cualquier rival que tenga enfrente. Su fútbol no es vistoso, pero si práctico, elemental para tener pulso en una categoría llena de minas. Su balance de resultados en los dos últimos meses es el mejor ejemplo.

Morante fue el héroe, porque completó su buen trabajo en la dirección, con un gol de antología, pero hoy sería injusto no hablar del partido extraordinario de Coke, que a sus 35 años, y con todo ganado en este deporte, corre como si no hubiera un mañana en esa posición de carrilero, de defensa o de delantero. Contagia al resto por su energía y su experiencia y aplomo lo hacen imprescindible en el campo. Serrano es una sorpresa agradable en la medular con un desgaste físico encomiable, aguantando pese a tener una amonestación desde el primer tiempo, destruyendo mucho juego rival y Ekain también ha brillado a gran nivel al igual que Martín, cada día más inexpugnable en el centro de la zaga. Hasta Julis ha dejado algunos destellos interesantes en su titularidad como nueve del equipo,. Y como siempre Fuzato, hay pocas dudas de que es uno de los mejores cancerberos de La Liga.

El choque arrancó con un Ibiza mejor posicionado y con Morante rozando el gol en el primer minuto con un disparo desde la frontal que no encontró portería por centímetros. Un presagio de lo que vendría después. Los locales lo intentaban sobre todo por su banda izquierda con Suleiman encarando una y otra vez, pero su rapidez y desborde no tiene tiene premio porque cuando llega la hora de la verdad se ofusca y carece de precisión en los metros en los que hay que saber elegir la mejor opción, o golpear con tino a la pelota. Hubo algunos acercamientos al área de Caro sin ocasiones claras y esta vez el balón parado con los saques de esquina no encontraba una cabeza salvadora.

Poco a poco perdió la posesión el equipo celeste y el Burgos encontró una vía de agua por su banda izquierda donde un voluntarioso Grima era superado. Y un exceleste, Castel, tuvo dos ocasiones diáfanas para poner por delante a los suyos, en la primera cabeceó al muñeco con todo a su favor y en la segunda golpeó con la testa fuera. Remató solo porque su marcador, Grillo, se olvidó de la función de un central. También Hernández lo tuvo todo a su favor tras asistencia de Curro Sánchez, de nuevo tras una incursión por la banda izquierda, pero Fuzato se hizo grande y desbarató la acción. Los visitantes tuvieron tres oportunidades claras en el primer tiempo, pero no las aprovecharon y ya se sabe lo que pasa cuando perdonas.

Tras el descanso Mauro entró por Grillo, que había visto amarilla en el centro de la zaga. En el segundo tiempo ni unos ni otros encontraban huecos ni tenían claridad en su juego, así que no había ocasiones claras, Alcaraz vio el agujero en su banda derecha y puso a Coke de lateral y a Appin por delante. Y el Ibiza al que se le nublaban las ideas en ataque encontró el gol y después se pertrechó bien atrás, a pesar de algunos desajustes de Appin, que no aprovecha su despliegue físico y combina arrancadas poderosas con desajustes. No sufrió en exceso, la UD porque el Burgos no estuvo fino en sus llegadas.

El técnico celeste siguió buscando más control con la entrada de Diop y Alarcón y refrescó el ataque con Kaxe. Alarcón mostró clase con dos asistencias de lujo a Kaxe, la primera la tapó Caro y la segunda acabó en la red. Si hay que morir que sea con las botas puestas. Mientras, como dice Alcaraz, "tenemos un huerto por cuidar". Igual la cosecha es más grande de lo que se esperaba y vale una permanencia.