La universidad que perdía muchos cuadros
Además, el extravío y el descontrol registral deben preocupar en una institución consagrada a evaluar a seres humanos
La Línea Roja - Matías Vallés (10/04/2023)
Palma
Una persona empieza por cometer un asesinato, muy pronto se pasará a los atracos, después se entregará a la bebida y acabará por no respetar los pasos de cebra.
Esto no lo digo yo, es una cita del imprescindible ‘Del asesinato considerado como una de las bellas artes’ de Thomas de Quincey.
En el caso que hoy nos ocupa, significa que no solo es preocupante en sí mismo que la Universitat de les Illes Balears pierda cuadros, que le han sido donados por artistas comprometidos con el medio ambiente mallorquín.
Además, el extravío y el descontrol registral deben preocupar en una institución consagrada a evaluar a seres humanos, y a conservar adecuadamente sus acreditaciones con un valor notarial.
La sustracción es lo de menos, lo inaceptable es el descontrol.
Porque perder a un padre puede ser contemplado como una desgracia, pero perderlos a ambos parece descuido.
Esto tampoco lo digo yo, sino Oscar Wilde en ‘La importancia de llamarse Ernesto’.
Y quiere decir que cualquiera puede perder un cuadro, pero la desaparición de cuatro cuadros a la vez apunta a un funcionamiento sistemático, que coloca a la UIB a la cola en cualquier índice de fiabilidad.
También académica, así de dura es la pérdida de reputación.