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La escasez, tratamiento y distribución del agua en Baleares, más necesitada que nunca de la ayuda de la ecotasa

El vicedecano de Turismo en la UIB, Tolo Deyà, señala que el Impuesto de Turismo Sostenible se aplica en muchas ciudades de Europa y está comúnmente aceptado, pero debe estar destinado a la regeneración

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El Impuesto de Turismo Sostenible, conocido como ecotasa, es uno de los elementos de debate de cara a las elecciones autonómicas. En el caso de Baleares, se trata de una tasa recaudatoria que no ha tenido un destino concreto, según el vicedecano de Turismo en la UIB, Tolo Deyà, quien ha apuntado que para llamarlo ecotasa tendría que tener un fin regenerativo con los recursos que consumen los turistas.

"La ecotasa incorpora en el precio los efectos negativos y el consumo que hace el turista para que los pague, en las Islas tiene un objetivo meramente recaudatorio", ha explicado. Actualmente, el problema de sequía que arrastra Baleares sería un buen destino para este impuesto turístico. Deyà ha concretado que el turismo no es la variable de la ecuación que más agua consume, pero sí muy importante, por lo que considera que se podría actuar en la depuración, reciclaje y distribución del agua.

Respecto a la existencia de esta tasa, el vicedecano de Turismo ha explicado que hay una maduración tanto en el sector hotelero como en el viajero, quienes "entienden la aplicación de una ecotasa, incluso de incrementarla, por tal de mitigar los efectos negativos". "El problema está en que no podemos pretender cobrar una tasa a un turista que va a venir y va a ver unos problemas medioambientales que sigan igual cuando vuelva al año siguiente; ese es el problema, que no le quede claro a qué se destina la cantidad recaudada".

Es común en Europa, donde muchas ciudades ya aplican este impuesto, que la recaudación venga a través de la reserva hotelera y no por tasas aeroportuarias. "Con ello se produce una discriminación en el sentido de que quienes vienen a Baleares y pernocten en casas de allegados o en alojamientos ilegales no pagan la tasa, cuando consumen los mismos recursos", ha indicado Deyà. Eso no ocurriría si Baleares contara con la gestión de puertos y aeropuertos, herramienta que le permitiría no solo limitar las entradas, sino cobrar así la ecotasa sin que ningún turista pudiera evitarlo.

"Se podría hacer como ya se hace en otros lugares, como se podría limitar la entrada a las Islas. Sin embargo, opino que quizá no interesa tener esas competencias, porque si las tenemos y no tomamos esa decisión, nos lo van a echar en cara. Da más tranquilidad decir que no es decisión nuestra, que es la centralidad, y que no somos culpables de la masificación", ha aseverado.

El debate de la ecotasa en campaña

Respecto a la intención de cada partido para con la ecotasa, el PSIB ya aprobó en los últimos presupuestos destinar esa cantidad a mejoras del medio ambiente y de la gestión de aguas; mientras que explica en su programa electoral que también se destinará a la cultura y la ciencia e innovación. Por otra parte, el Partido Popular, históricamente en contra de este impuesto, lo lleva en su programa electoral y haría modificaciones en función del momento del año, no siendo el mismo en temporada alta que en baja; además, destinaría la recaudación a la sostenibilidad y a mejorar los enclaves turísticos.

En el caso de Unidas Podemos, este mismo sábado ha publicado en su programa electoral que adaptarían la cuantía a un 5% del precio de la pernoctación, al tiempo que propone destinar el 25% de la ecotasa al sector primario y a la promoción del producto local; mientras que Ciudadanos, al igual que la ultraderecha, directamente, aboga por la eliminación de este impuesto.

Por su parte, Més apuesta por aumentarla un 60% al tiempo que eliminaría la promoción turística. Y en cuanto a El Pi, considera que el 50% de la recaudación del impuesto debería estar gestionado por los municipios en los que se ha recaudado.