Tolo Serra: "El meu pare ho va donar tot al bar Plata fins al darrer moment"
Joan Serra fue una persona que luchó mucho por sus ideas políticas, aunque esto le supusiera correr riesgos
3 euros con dos pesetas- Bar Plata
Palma
El Bar Plata lo fue todo para Joan Serra. Una vida dedicada a este local que acoge historia en cada rincón. En el número 1 de la calle Argenteria encontramos este establecimiento que, de las 10 a las 12h, es prácticamente imposible encontrar una mesa vacía. En la barra, con un movimiento mecánico, observamos a Tolo Serra y a Cedric Fonander preparar 'llonguets' y cafés de forma automática.
Joan Serra trabajó en otro café emblemático: el Café Líric, también estuvo en el restaurante del Club Nàutic. El Bar Plata, antes, era más grande. Ahora, el local es una planta. No muy espaciosa. Cuándo entras, a mano izquierda, ya encuentras un par o tres de mesas; la barra dónde estan Tolo y Cedric sin parar y más mesas y sillas al fondo del establecimiento. En la entrada encontramos algunas fotos antiguas. Si quieren ver como era el local en los años 60-70 fíjense, nada más entrar, en la pared de la izquierda allí encontraran una fotografía.
Cuándo decimos que se respira historia en cada rincón, no lo decimos por decir. Joan Serra fue una persona que luchó mucho por sus ideas y también, por sus ideas políticas. Aunque esto le supusiera correr riesgos.
Son pasadas las 12 y media del mediodía. Finalizado el momento de los desayunos, el bar se vacía. Tolo y yo estamos prácticamente solos en el establecimiento. Cedric sigue en la barra, limpiando y preparando algunos cafés para el goteo de clientes que siguen llegando. Un par de mesas más allá de nosotros hay un hombre sentado, de espaldas. Nosotros todavía no lo sabemos pero está escuchando nuestra conversación muy atento. En este momento, Tolo me está explicando cómo vivió su padre, militante republicano, el intento de golpe de estado de febrero del 81. Es en ese preciso momento, cuándo Emili, así se llama este cliente, no puede aguantarse más. Se levanta sigilosamente, para no molestar, de la silla y se nos acerca. Emili se queda un rato más con nosotros contándonos sus vivencias. Tolo empezó a trabajar en el bar muy joven.
A los 12 años solo estuvo esos tres meses. Luego volvió a la escuela. Más adelante, hizo dos años de formación profesional. Y fue después del servicio militar cuándo ya entró de forma permanente en el bar. Los ojos de Tolo brillan con orgullo cuándo habla de su padre. Por su boca solo salen palabras de reconocimiento, hay otra persona, con un papel quizás más secundario, pero no por ello menos importante a la que quiere que hagamos mención. Su madre, Antònia Vaquer.
Volviendo al local. El año 2006 hacen una reforma integral. Le afectó y modificó la forma de socializar en el bar. Antes, Tolo podía estar toda la mañana con la misma o con las mismas personas hablando. Trabajaba, pero también conversaba. Con el cambio de la barra eso pasa con menos frecuencia. Además, dice, que la forma de ir a los bares de la gente también ha cambiado. En la actualidad, quién va al bar, muchas veces, busca un momento de estar a solas para, por ejemplo, leer la prensa. Y lo que ha cambiado también es la calle. La calle Argenteria más conocida, antes, como la calle de la Platería concentraba joyerías, relojerías, platerías. Ahora, congrega turistas.
El Bar Plata guarda en sus paredes más de 80 años de historia. 67 de ellos con la familia Serra al frente. Tolo es la segunda generación del Bar Plata. Lo más probable es que con él termine el legado de este emblemático local. Un local al que se han entregado, y eso es algo que nadie puede discutir, con cuerpo y alma. Primero Joan y ahora, Tolo.