Los estancos de las Islas alertan de una proliferación de estafas telefónicas: "He perdido 6.600 euros"
Comenzaron poco antes de la pandemia, pero tras esta, han ido aumentando progresivamente. Estudian el negocio y los empleados para luego reclamar el pago de un pedido o una deuda inexistentes
Palma
Los estancos de Baleares alertan de una proliferación de estafas telefónicas pidiendo abonar una supuesta deuda o el importe de un pedido que nunca se ha realizado. Han subrayado que "se da en comercios de todo tipo, pero es a los estancos a donde especialmente se dirigen estos estafadores".
Guillem Mas regenta un negocio del tabaco en Can Picafort y ha explicado que, en su caso, el timo supera los 6.500 euros. La Guardia Civil está al tanto y se encarga el Grupo de Delitos Telemáticos, pero, dos semanas después del hecho, aún no ha recibido buenas noticias. "Pensaba que sería menos, pero he batido récord: 6.600 euros de pérdida", ha indicado.
Ha relatado que este tipo de engaños "comenzó hace en torno a cinco años, pero tras la pandemia han ido aumentando". Hasta el punto de que han ido afinando su modus operandi. "Al principio, era habitual recibir la llamada desde Estados Unidos; sin embargo, en este caso, se ha producido mediante mensajes de WhatsApp desde un número de Madrid. Claro, ahí piensas que se trata de una empresa estatal cuando ves el prefijo 91", ha contado.
Todo tiene su proceso, según Mas, y es que "primero vigilan y se familiarizan con el establecimiento y sus empleados", nunca con el jefe, de modo que van obteniendo datos e información general. "Muchas veces he cogido el teléfono yo, han preguntado si soy Guillem, y al decir que sí, cuelgan", ha rememorado. Después, se produce el contacto en el que reclaman la cantidad que consideren y apremian al dependiente para que pague cuanto antes, "haciéndole creer que conocen al dueño y que este está al tanto de la situación".
En su caso, los estafadores consiguieron engañar a una empleada del negocio, que se enteró de lo sucedido cuando Mas entró por la puerta del estanco mientras ella hablaba por teléfono con su supuesto jefe. "Tuve que tranquilizarla porque le dio un ataque de nervios en ese momento", ha lamentado.
Ha afirmado que no es el único caso en Baleares, que son muchos los estanqueros que han sufrido este tipo de timos. De hecho, muchos prefieren no hablar por la vergüenza que llegan a sentir. Por este motivo, pide máxima precaución y que los titulares de los negocios informen a los empleados.