Cata Coll y Mariona Caldentey, dos espejos en los que mirarse para el fútbol balear femenino
Paula Rojas, Elena Montane y Pili Espadas, jugadoras y figuras Atlético Baleares y Collerense, respectivamente, hablan en la SER sobre el impacto que puede tener el Mundial de España en las islas
Reportaje sobre el impacto en el fútbol femenino balear
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Mallorca
España ha hecho historia en este Mundial femenino. El combinado español se ha proclamado campeón del mundo y regresa a casa, además de con un oro, con la cabeza muy alta por haber dejado en la cúspide al fútbol femenino nacional. Pero además, lo que han hecho las hispanas ha sido dotar de muchos más apoyos en los que las más jóvenes, con muchos sueños por cumplir, pero también bastantes prejuicios por superar, puedan aferrarse para que su pasión por el fútbol no se vea condicionado por nada ni por nadie.
Aquí, en las islas, el desempeño español no ha pasado lógicamente por alto. Hemos hablado con jugadoras y figuras de fútbol balear femenino, tanto jóvenes como veteranas, de dos equipos de la isla, el Collerense y el Atlético Baleares, para medir el impacto que puede tener en el archipiélago el histórico papel de la selección.
Reivindicación y visibilidad
Elena Montane, de 21 años, es jugadora del Colle y explica que las mujeres "están callando muchas bocas desde hace muchos años" y "dando resultados", aunque asegura que todavía queda trabajo por hacer. Asimismo, cree que el Mundial de España ayuda a las "niñas pequeñas", que "poco a poco se van sumando a jugar y ver partidos".
Paula Rojas, por su parte, defiende el color blanquiazul del Baleares y a sus 19 años ha visto con ilusión el buen papel de sus referentes nacionales: "Al final son personas como nosotras y al verlas jugar un Mundial llegas a pensar que un día quizás eres tú quien lo puede jugar". La joven jugadora piensa además que lo que ha hecho España "da mucha visibilidad al futbol femenino" y ayuda a que "todo el mundo pueda seguir apoyándolo, viéndolo...".
Una de las referentes del fútbol femenino balear, Pili Espadas, reconoce que en este Mundial femenino "la visibilización ha sido máxima" y que esto, además de facilitar el "crecimiento del fútbol femenino", puede contribuir a que "una niña con 5, 6 o 10 años sepa que tiene el mismo derecho que un niño a jugar a fútbol".
Cata Coll y Mariona Caldentey: referentes y también amigas
Entre las españolas que han hecho historia se encuentran dos mallorquinas: Cata Coll y Mariona Caldentey. Dos referentes en lo futbolístico pero también, compañeras y amigas: "Las conoces de la isla, de partidos aquí y verlas en un Mundial impresiona", asegura Rojas. "Más que referencias son amigas. A Cata, por ejemplo, la conozco desde pequeña. Verla ahí es un orgullo y una alegría inmensa", replica Montane. "¿Qué te voy a decir de una jugadora y una amiga que ha compartido estadio conmigo, a la que conozco bien...? Siempre he confiado plenamente en ella", indica Espadas sobre Coll.
Y todo esto no hace más que ayudar al fútbol femenino de aquí; al fútbol femenino balear. Espadas explica que tanto la portera como la atacante "son espejos e ídolos para gente joven de aquí" y reivindica la importancia de tener referentes más allá de los hombres: "Una niña con 10 u 11 años que pueda ver por la televisión a Mariona y a Cata y tenga ídolos en el fútbol femenino sin tener que mirar al masculino es algo muy importante".
Por su parte, Rojas asegura que aunque "es verdad que en la Península prevalecen mucho más las jugadoras, aquí siempre hay gente que tiene mucho talento y calidad". A este respecto, Montane también se acuerda de otras baleares, Patri Guijarro y Virginia Torrecilla, para destacar que de la cantera femenina del archipiélago salen futbolistas que "poco a poco están dando más que hablar".
Lo que parece claro es que el oro de España, a más de 15.000 kilómetros de distancia, tendrá un impacto aquí, en las islas, gracias a referentes como Cata o Mariona. Seguramente desde ayer, aquella niña que duda si jugar o no a fútbol por no ser un niño, tenga más claro que antes que en el deporte rey tiene igual de cabida que en cualquier otro.