El mar de Baleares en plena cuarta ola de calor marina

Palma

El mar de Baleares se encuentra en plena cuarta ola de calor marina, los últimos datos apuntan a un promedio de 28,2 grados en el agua, lo que significa una anomalía de 2,3 grados por encima respecto a los datos históricos de las últimas cuatro décadas. Esto es, supera su media histórica. Pero aún es más preocupante, se espera que la temperatura aumente en los próximos días y llegue a los 29 grados.

Son números, son temperaturas muy altas, extremas, reconocen y califican desde el SOCIB, desde el sistema de Observación Costera de Baleares, y es que son datos históricos; la temperatura del mar lleva más de 5 días, con una temperatura un 90% superior a la media registrada. La investigadora Melanie Juza afirma que la "temperatura irá aumentando" y se llegará a los 29 grados.

Que el mar de Baleares se acerque a los 29 grados supone que la temperatura podría marcar un nuevo récord en el agua, y destaca Juza que es el término medio, esto es, que hay zonas del mar balear donde el mercurio marcará aún más. Así, la situación en plena cuarta ola de calor marina, podría ser aún peor que el año pasado. Las olas de este 2023 fueron en enero, después en abril, mayo y otra más larga e intensa en junio y julio. Y con esta de ahora, son cuatro, desde enero. Pero en 2022 se dieron 5 olas desde mayo a diciembre, por lo que las perspectivas son preocupantes.

Los efectos son devastadores; aumenta la mortalidad de la posidonia, la misma planta que ayuda a rebajar el calor y sirve de protección de especies, pero también trae cambio en la distribución de las mismas especies en el mar, son consecuencias en el mar que también se notarán en tierra en sectores como la pesca o el turismo.

Entre los impactos también, el aumento del nivel del mar alerta otro experto, Pau de Vílchez. El presidente del comité de expertos para la Transición Energética y el Cambio Climático remarca la actividad humana desaforada y la inaudita concentración de efectos invernadero, como estamos creando un mundo en el que nunca hemos vivido. Pero también llama al optimismo, a pensar cómo queremos que sea y actuar, cambiando hábitos a nivel individual y local, como apostar por la energía renovable, rehabilitar energéticamente los edificios y potenciar el transporte público. Asegura que estos cambios, si bien, no podrán revertir el cambio climático, si servirán para rebajar sus efectos.