Con el 30% del salario un balear puede optar al alquiler de un piso de 34 metros mientras que un extremeño a uno de 100

Palma

Según el último informe publicado por Fotocasa, las Islas son el territorio con el precio por metro cuadrado más alto lo que deja una comparativa preocupante. Un extremeño que destine el 30% de su salario al alquiler, podrá acceder en esa comunidad autónoma a un piso el triple de grande que un balear. La media en España con ese 30% del sueldo te permite alquilar una casa de 54 metros.

Baleares es la comunidad más cara para vivir de alquiler hasta el punto de que por un piso de 80 metros cuadrados se están pidiendo de media 1.360 euros mientras que la media española está en los 900. Son 400 euros menos. En Extremadura, ese mismo piso cuesta 475 euros. Tres veces menos que en Baleares. La responsable de estudios de Fotocasa y portavoz, María Matos, lo achaca a la fuerte demanda que hay en nuestra comunidad autónoma, la baja oferta y sobre todo que los extranjeros interesados en viviendas en las Islas tienen un poder adquisitivo mucho más alto que el residente.

La consecuencia es inmediata: expulsión del residente. "El residente local balear se está viendo expulsado porque no puede acceder a los precios tan altos que está habiendo en este momento. El precio del alquiler es el más alto de toda España por encima de Madrid y Cataluña. La falta de vivienda social es también la culpable de que el precio de los inmuebles libres se dispare"

La solución pasa, dice, por incentivar a los propietarios de las viviendas que ahora están en el mercado para que las mantengan y no las destinen al alquiler vacacional. Sólo incrementando la oferta, explica, se conseguirá bajar precios.

Sólo el 25% de los anuncios son de habitaciones en pisos compartidos

Por otro lado, Idealista ha hecho público este jueves otro informe en materia de vivienda que refleja que solo el 26 % de habitaciones en el mercado se ofrecen para estudiantes en Palma, frente a un 32 % de media nacional.

Palma es además la ciudad donde las viviendas se ofrecen en mayor medida para trabajadores, a quienes se dirige el 62 % de la oferta de alquiler para compartir, frente al 46 % nacional.

Según el estudio, la divergencia entre la demanda de habitación por parte de estudiantes y la oferta disponible en la mayoría de ciudades, genera mayores tensiones en los precios de los pisos aptos para la convivencia estudiantil, en comparación con aquellos destinados a compartir entre personas trabajadoras.

El mayor salto entre una y otra modalidad se da en Pamplona, dónde las habitaciones para estudiantes son un 14% más caras que las que se ofrecen a trabajadores: una habitación en un piso de estudiantes en la capital navarra cuesta 400 euros, frente a los 350 que cuesta en uno de trabajadores.

Le siguen las diferencias de Zaragoza (8 % más caros), Palma (8 % más caros), Burgos (7 %) y Madrid (7 %).