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Baleares cierra su tercer verano más caluroso con un aumento de las noches tropicales

En Mallorca se han incrementado un 300% en julio. El meteorólogo Agustí Jansà explica que la tendencia es de alcanzar el pleno en estío

Las noches tropicales aumentan un 300% en Mallorca durante el mes de julio.

Palma

El verano de 2023 llega a su fin como el tercero más cálido de la historia en Baleares, solo superado por 2022 y 2003. Según datos de la AEMET, julio arroja una anomalía de 2,4 grados y una temperatura media de 27,3. En lo que respecta a agosto, la media fue de 26,1 y con una anomalía de 0,7 grados.

El exmeteorólogo experto en clima mediterráneo Agustí Jansà ha explicado en la SER la importancia de la anomalía, porque "cada verano no tiene por qué ser más caluroso que el anterior", tal y como ocurre en esta ocasión; pero sí ha apuntado que "hay una clara tendencia a que los veranos sean cada vez más insoportables, ya que las anomalías superiores a un grado las encontramos en en cuatro de los últimos ocho veranos".

Este aumento de la anomalía y la temperatura media viene determinado, en parte, por un ascenso de las temperaturas mínimas, que da lugar a las conocidas noches tropicales, cuando superan los 20 grados, o tórridas, superiores a 25. Según la propia AEMET, los valores de agosto están próximos a la normalidad, pero el mes de julio ha registrado un aumento de las noches tropicales del triple en el Aeropuerto de Palma, un 50% por encima de lo normal en el de Menorca, y un tercio superior en Ibiza.

Jansà ha señalado que esto siempre ha ocurrido, pero tiene claro que "esto irá a peor, hasta el punto de que noches tropicales cada y muchas de ellas, directamente, tórridas". Ha recordado que el aumento de las temperaturas no solo dificulta el descanso nocturno, que se ve afectado por temperaturas mínimas altas, sino que "está demostrado que conlleva un aumento de la mortalidad".

La diferencia de parámetros entre julio y agosto tiene su explicación en las dos olas de calor que registró el séptimo mes del año en Mallorca y las grandes tormentas de finales de agosto, que, según Jansà, han sido determinantes para que la media se reduzca. Con todo, "es cierto que estas lluvias son propias de final de verano en el Mediterráneo, pero en lo que sí incide el cambio climático es en que se produzcan antes y en que sean más virulentas. Esto también va a más".