Proliferación de fiestas ilegales en Sant Josep
La Policía Local constata las dificultades para poder combatir este tipo de eventos
Redacción
Ibiza
La Policía Local de Sant Josep se ha hecho eco en redes sociales de las dificultades que tienen a día de hoy las Fuerzas de Seguridad para poder abortar fiestas ilegales en viviendas. De hecho, destaca la celebración de uno de estos eventos durante el fin de semana y según destacan "la santa paciencia de los vecinos de estos inmuebles que durante horas han tenido que soportar el ruido que generan estas fiestas," porque no pueden ser abortadas.
En el vídeo que han compartido en redes se destaca el momento en el que los agentes hablan con el propietario de la vivienda y le comunican que será denunciado de nuevo por exceso de ruido, le piden que apague la música para no seguir molestando a los vecinos y que es reincidente en este tipo de actividades y que sobre él pesan varias sanciones firmes.
El dueño de la casa niega en todo momento que se celebre fiesta alguna y trata de torpedear la acción policial, a pesar de que el agente le comunica que hay más de 20 vehículos en el exterior y más de 100 personas en el interior.
Los agentes recalcan que cada semana se están celebrando fiestas de este tipo en las que no pueden intervenir para frenar este tipo de actividad irregular, porque se debe demostrar que los organizadores han cobrado entrada a los asistentes o que se cuenta con un servicio de bebidas y cada vez resulta más complicado.
Ofrecen otro dato demoledor y es que en lo que va de año han atendido 668 incidencias relacionadas con el ruido y buena parte de ellas procedían de alojamientos turísticos ilegales que estaban desarrollando una actividad propia de un local de ocio, a pesar de que carecían de licencia y los organizadores no pagan impuesto alguno. También ponen el foco en el riesgo que corren los asistentes a este tipo de fiestas, ya que los agentes policiales no podrían acceder al interior de la vivienda ante cualquier situación de emergencia que pudiera producirse, desde una pelea a una agresión sexual.
Concluyen que los agentes lo tienen muy complicado para hacer cumplir las normas con las normativas disponibles a día de hoy para abortar una fiesta ilegal