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Pere Salvà, catedrático de la UIB: "Tener un hijo es un lujo que no todos pueden permitirse, ya no llegan con un pan bajo el brazo"

Los primeros meses de 2024 arrojan un saldo vegetativo negativo en Baleares. Las dificultades, el acceso a la vivienda, la cesta de la compra y las condiciones laborales

Los primeros meses de 2024 arrojan un saldo vegetativo negativo en Baleares. / DIEGO CERRO

Palma

"Tener un hijo, a día de hoy, es un lujo que no todo el mundo puede permitirse". Así lo ha afirmado el catedrático emérito de Geografía Humana por la UIB, Pere Salvà, a propósito del saldo vegetativo en las Islas en lo que va de 2024. En los dos primeros meses, se han registrado 1.496 nacimientos, según el INE, que ya es más que en el mismo periodo de 2023, un 5% más, pero por debajo de los fallecimientos que se han notificado, 1.717. Son datos que ponen de manifiesto, una vez más, el problema de la baja natalidad. A diferencia de hace años, hoy, dice, hay diferentes problemas económicos en los habitantes de Baleares que impiden o dificultan afrontar el nuevo escenario que supone el tener un hijo.

"Ya no llegan con un pan debajo del brazo, como siempre se solía decir. Hay restricciones muy importantes en términos de vivienda y cesta de la compra; además, un hijo requiere inversiones en educación y sanidad, a lo que hay que sumar que no hay incentivos concretos y fuertes a la natalidad", ha subrayado. Con todo, ha señalado que espera que pueda remontarse conforme avance el presente año, ya que los primeros meses son los más críticos en términos de mortalidad debido a la incidencia de gripes.

Los precios de la vivienda, el principal hándicap en Baleares

Este problema, según Salvà, tiene su causa en diferentes factores. El primero, en el caso de Baleares, sería el difícil acceso a la vivienda. "Ya no es el hecho de comprar vivienda, es que no se puede acceder ni al alquiler. Con salarios que superan por poco los 1.000 euros, no se puede afrontar uno de 800 euros. No digamos ya Ibiza", ha recordado.

En un segundo escalón encontramos el coste de la cesta de la compra y la dificultad de conciliar cuando las dos personas de la pareja están trabajando. "Este fenómeno de competitividad en los trabajadores pudo llamarse como tal a finales de los 90 y comienzos de los 2000; ahora, directamente, es imprescindible, en el caso de las Islas, que ambos trabajen". "Este concepto de biactividad retrasa el momento de tener hijos", ha agregado.

Una sociedad envejecida que no sostendrá la escasa población joven

Entre las consecuencias que traerá esta tendencia si se mantiene, Salvà ha destacado las sociales y económicas, con una generación que "será insuficiente para mantener las pensiones de una población cada vez más envejecida". Y es que pese a que Baleares tiene una de las medias más bajas, "estamos en un estándar de adultos maduros, pero la población de más de 65 años es ya del 20%. Sea con el Gobierno que sea, la próxima decisión respecto a la jubilación va a ser retrasarla a los 70 años".

En cuanto a las consecuencias económicas, esto implica, ha añadido, un coste económico extra en el gasto en salud. "La única solución conocida ahora mismo es el aumento de la inmigración, si queremos mantener el modelo que tenemos; si no, será el caos".

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