1-3. El mejor Ibiza reaparece en Castellón

Ibiza

La UD Ibiza le ha hecho al pasillo al Castellón, por su ascenso a Segunda División, y después le ha dado un repaso futbolístico, durante la mayor parte del encuentro, jugando contra 11 o contra 10. La afición de la Plana que se las prometía muy felices ha festejado el campeonato con menos entusiasmo, porque perder no gusta a nadie. El equipo ibicenco puede presumir de haber ganado los dos encuentros de esta temporada a los 'orelluts'.

Más allá del resultado, la UD Ibiza ha sido en Castalia otro equipo al bloque pacato, plano y romo en ataque de los últimos meses de competición. Este domingo ha sido un conjunto con cara y ojos, con hambre, vertical en su juego, circulando con mayor rapidez la pelota, con las ideas claras y generando muchas ocasiones de gol. Ha ayudado que el conjunto castellonense, que ya ha ascendido a Segunda División, juega con defensa muy adelantada y deja muchos espacios si el rival tiene jugadores de calidad y los sabe encontrar. Y los de Onésimo los han encontrado con facilidad, porque una cosa es la intensidad o energía que han mostrado en el tramo decisivo de la competición y otra el talento que es algo que no se pierde.

Con más días de entrenamiento se empieza a ver ya lo que quiere el técnico celeste que hoy ha cambiado más de medio equipo inicial y ha colocado de otra manera a algunos futbolistas. El pivote defensivo, juega más ceca de los centrales, hoy esa faceta la ha desarrollado con brillantez Olabe, mientras que Eugeni tiene más libertad para crear.

Pero el mayor cambio se ve en ataque, Onésimo fue siempre un extremo puro como jugador y quiere dos futbolista pegados a la línea de cal para encarar y a un media punta que les dé vuelo. Suleiman, estrenándose como extremo derecho ha sido una pesadilla para la zaga local por su rapidez y desborde. Arturo Molina en la otra banda ha estado cerca del gol con varios disparos y cabezazos y Cedric ha sido un nueve amenazador y que empieza a demostrar que será una herramienta poderosa de cara a lo que se avecina.

Pero no todo es positivo, aunque la mejora es evidente. hay que ser más eficaz cuando generas ocasiones y hay que cuidar la pelota en algunas zonas, porque se han visto errores en las entregas o pérdidas del esférico que se han traducido en ocasiones del rival. También ha faltado contundencia en el centro de la zaga cuando se jugaba en igualdad numérica. La cosa hoy es de notable alto, pero hay que aspirar al sobresaliente para alcanzar el objetivo.

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En el arranque del choque, tras un primer cuarto de hora de tanteo, jugándose en pocos metros, aunque con otro detalle del juego ibicenco, utilizar más los disparos lejanos, el Ibiza se ha desatado. La primera gran galopado de Suleiman se ha traducido en un cabezazo con mucha intención de Arturo Molina que entre un defensa y el larguero han evitado el gol pero la pelota le ha quedado franca a Cedric que con todo a su favor ha cabeceado al cuerpo de Gonzalo. La primera y doble gran ocasión ibicenca se iba al limbo. Solo un minuto después, Eugeni disparaba desde la frontal al palo.

El conjunto ibicenco generaba peligro y también el Catellón que tenía a Lottin y a Medunjanin a sus arquitectos en las inmediaciones del área ibicenca filtrando pases y a Raúl Sánchez, un exceleste a su ejecutor. Reynet, que volvía a la titularidad se hacía grande en la portería ibicenca.

En el toma y daca, Cedric se volvió a topar con Gonzalo y Arturo remato un saque de banda ligeramente desviado. Y quien no falló fue el Castellón en una acción de Lottin superando a Escasi y su centro raso lo remató a placer a portería vacía Raúl Sánchez para adelantar al Catellón.

Esta vez no acusó el golpe el Ibiza que siguió a lo suyo. Rubén Díez tuvo el empate tras un robó de balón, pero en el mano a mano volvió a toparse con el excelente portero local. Suleiman percutía una y otra vez con campo para correr y en una de sus internadas fue derribado por Borja Granero cuando enfilaba la portería. El colegiado no lo dudo y enseñó tarjeta roja al central local, dejando al Castellón en inferioridad.

Y cerca del descanso, el Ibiza encontró el premio a su insistencia, tras una gran jugada colectiva, sacando el balón en defensa rompiendo la presión rival, Rubén Díez vio la carrera de Suleiman, que hizo un gran control y se adentró en el área para fusilar a Gonzalo. Igualada en el marcador para alegría de la afición ibicenca desplazada a Castellón y resultado con el que se llegó al descanso.

Y en la reanudación, los visitantes han salido a tumba abierta, con esa ambición y hambre de ganar que se ha echado en falta en los últimos meses. Cedric ha podido marcar enseguida, pero se ha topado de nuevo con el portero del Castellón. Sin embargo, no ha fallado la siguiente, tras recibir un buen centro de Arturo, cabeceaba a la red. Un gol que hacía méritos a lo que se había visto en el césped.

Y tampoco con el viento de cara dio un paso atrás el Ibiza y quien mejor lo ilustró fue Onésimo, quitando un centrocampista, para dar entrada a otro nueve, Obolskii. Antes Tienza y Soko habían ocupado la plaza de Arturo y Olabe. Recuperar la mejor versión de Soko también es fundamental de cara a la fase de ascenso.

Y en un saque de banda ha terminado de poner más tierra de por medio el equipo ibicenco, tras un mal despeje de la defensa local, Suleiman ha disparado con potencia desde el área pequeña al fondo de la red. Doblete del extremo, que ha sido el mejor de los suyos y que pudo hacer un hat trick en la recta final pero se topó con el palo.

Junto a Suleiman, en su partido más destacado desde que viste la camiseta celeste, se ha visto una gran versión de Arturo Molina y también ha brillado Rubén Díez, aunque el nivel general del equipo ha sido notable.

Con la fase de ascenso asegurada, hay que mantener esa tercera plaza en las dos jornadas que quedan y el Córdoba el próximo domingo será otra buena piedra de toque para evaluar a este nuevo Ibiza que en el mejor marco posible ha sido un conjunto poderoso, con ambición y energía. Nada que ver con el conjunto deprimente y sin alma de los tres últimos meses.