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Cerca de ocho mil estudiantes de la península coinciden este fin de semana en el Arenal

Este y el siguiente son los que más jóvenes concentrarán. El dispositivo de la Policía Local de Llucmajor ya está en marcha para frenar su principal objetivo: "Alcohol, alcohol y alcohol"

Imagen de archivo. / Getty Images

Palma

Cerca de ocho mil estudiantes de la península coincidirán este fin de semana en Mallorca por motivo de su viaje de fin de curso. De diferentes partes de España y con edades comprendidas entre los 17 y 23, el principal objetivo está claro: beber durante los cinco días de media que dura la estancia de los diferentes grupos.

Es lo que ha señalado Sergio Torrandell, jefe inspector de la Policía Local de Llucmajor, lugar que, junto a Palma, aglutina a estos jóvenes. "Alcohol son la primera, segunda y tercera consigna".

El dispositivo de control arrancó el pasado fin de semana y durará hasta comienzos de julio, en función de cuándo finalizan, sobre todo, las diferentes pruebas de selectividad en las comunidades autónomas. En total, Mallorca recibirá a unos 22 mil estudiantes durante este periodo. Esta emisora ha intentado contactar en varias ocasiones con dos agencias que habitualmente gestionan este tipo de viajes, Delem Ocio y Unicampus, pero o bien han declinado pronunciarse o bien lo han evitado dando rodeos y sin expresar con claridad su negativa.

Ha recordado Torrandell que el botellón está terminantemente prohibido y eso incluye la playa, que, como en años anteriores, "permanecerá vallada y controlada en caso de acceder con alcohol o botellas de cristal". El dispositivo policial comienza a las 19:00.

"Cada año son más incívicos"

Con todo, los vecinos de la zona terminan sufriendo las consecuencias y ruidos de estos comportamientos, como ha explicado Lluc Steffen, presidente de la agrupación de vecinos de Ciudad del Arenal. No es ninguna novedad esta llegada de estudiantes, pero considera que cada año "son más incívicos". "No los españoles, únicamente, sino los que llegan de fuera, también: alemanes, holandeses, austriacos... Vivo aquí desde hace 30 años y siempre ha pasado, pero desde hace unos 15 esto es un problema y traslada una imagen de la zona y de Mallorca que no nos gusta", ha señalado.

Los vecinos fueron conscientes, según Steffen, del conato de botellón que tuvo lugar el pasado fin de semana y que, según Torrandell, fue evitado por los agentes. "El indicador principal de problemas son las quejas vecinales, que siempre las habrá, pero cada vez menos los momentos de grandes molestias, salvo cuando salen para iniciar su ruta o excursión y coincide un grupo numeroso en la calle. Junto a ello, las molestias que causan dentro de los propios hoteles", ha explicado el inspector jefe.

Steffen considera que la Policía Local; especialmente, la de Llucmajor, está haciendo un "gran trabajo" y "la semana ha sido tranquila", a la espera de este sábado y domingo.