Más de veinte mil personas dicen "basta" al turismo de masas en Baleares
Son cifras de la Policía Nacional, mientras que la organización habla de cincuenta mil quienes se manifiestan en Palma, no resignándose ante "una Mallorca que ya no es Mallorca"
Palma
Mallorca ha vuelto a ganarle un pulso al histórico cliché de que su gente no sale a la calle a protestar. Más de 20 mil personas, según cifras de la Policía Nacional, y 50 mil, según la plataforma 'Menys turisme, més vida', se han plantado y han recorrido las calles de Palma en defensa de la calidad de vida del residente ante la saturación turística que vive la isla.
El recorrido de la manifestación 'Cambiemos el rumbo, pongamos límites al turismo' arrancaba a las 19:00 en el parc de Ses Estacions de la capital balear y ha recorrido las Avenidas y calle Sant Miquel, ha cruzado las plazas Mayor y de Cort, para terminar en plaza de la Reina previo paso por el Ayuntamiento de Palma, el Consell de Mallorca y el Parlament de les Illes Balears.
Con pancartas y cánticos de "Mallorca no se vende" o "Menos turismo y más vida", asistentes de todo tipo, a título personal o colectivo (ha habido 117 asociaciones presentes), de diferentes franjas de edad y con inquietudes y problemas diferentes se han quejado del malestar que produce ver cómo su tierra le permite disfrutar "cada vez menos". Es lo que piensa Joana, una jubilada que lamenta que "Mallorca ya no es Mallorca".
"Todo sube, hablo de la vivienda, que solo está para que se haga negocio con ella, y también de las temperaturas, es que no tiene sentido tanto turismo", ha criticado. Lo ha comentado en referencia a un aumento de la contaminación y del consumo de recursos que tampoco ha pasado desapercibido para Joan, un vecino de Algaida: "Ya tenemos restricciones en el consumo de agua y esto no puede ser porque los recursos son limitados, nuestro consumo es incomparable al de llenar piscinas, regar campos de golf o destinarse a los hoteles".
Margalida, una joven que no alcanza los 20 años, ha apuntado, en este sentido, a la "enorme masificación de gente" en la isla, que, además de consumir, hace uso de las carreteras o el transporte público. "Ya está colapsado el transporte público, no hablemos ya quienes hacen uso del coche de alquiler... Te hace desistir de todo, de hacer planes o de ir a la playa. Nos están robando lo que es nuestro".
Eso considera Bàrbara, madre de Albert y Jùlia, dos pequeños que portan un cartel colgado del cuello simulando un anuncio de venta de una vivienda. "De pequeña disfrutaba con mis padres de las calas de la isla, las más conocidas, eso no lo están pudiendo hacer mis hijos. La calidad de vida está empeorando y no quiero ni pensar en las generaciones futuras", ha indicado.
Una pareja de ingleses asistía atónita a la comitiva, a la altura de la plaza de Cort, y se preguntaba qué pasaba en Mallorca que no habían visto en otros lugares. Entendieron el motivo de la queja, señalando que siempre que se han movido en la semana que llevan en la isla ha sido con transporte público, apuntando, además, que han podido vivir esos famosos atascos. "Respetamos mucho el medio ambiente y el clima y creo que el problema está en los coches, son demasiados, tendrían que restringirlo de alguna manera", ha señalado el chico.
La vivienda, una vez más, entre las principales quejas
Pero, realmente, lo piensan. El de la vivienda ha sido uno de los temas más candentes, algo que inquieta a los más mayores viendo el porvenir que les espera a los jóvenes. Aleix no llega a los 30 años y se considerado un afortunado porque ha podido firmar una hipoteca, "el único de mi círculo de amigos".
Trabaja de enfermero en el sector privado y ve cómo entre los pacientes ganan más y más peso los extranjeros. "Los alemanes, ingleses, suecos...ya superan a los nacionales, eso lo veo en la UCI. Claro, hablamos de gente que viene aquí a jubilarse y cuyo poder adquisitivo es superior, no jugamos en la misma liga cuando hablamos de acceder a una vivienda", ha lamentado.
Esa suerte que tiene Aleix no la tendrá, o eso cree, Francina, una joven de 18 años que siente vértigo al pensar qué ocurrirá cuando le toque buscar piso. Sin embargo, se muestra combativa y ha subrayado que "los mallorquines no estamos dispuestos a seguir aguantando esto" y ve este tipo de movilizaciones como una oportunidad "para mostrar a los de fuera lo que ocurre en Mallorca".
No han faltado los mensajes para los políticos, como ha hecho Javi, un joven de 25 años, que apremia a que se controle esta situación porque "es un cambio muy fuerte hasta llegar a esto". "A ver qué hacen ante esto los que nos controlan", ha señalado.
Y es que estas, mínimo, 20 mil personas tienen claro que hace falta un cambio de rumbo desde ya y con medidas contundentes, desconfiando de la Mesa por la sostenibilidad que creó el Govern y que los colectivos ecologistas y activistas han criticado desde el primer momento. "Os hablamos a vosotros, políticos tecnócratas, que no escucháis y no nos tomáis en serio. Estamos hartos ya. Vuestra mesa no nos representa", han clamado a coro.