El mercado de la vivienda en Baleares entra en las estadísticas de divorcios, que descienden un año más
Tras un leve crecimiento tras la recuperación de la COVID, prosigue su tendencia en los últimos años de descenso paulatino. La tasa en las Islas es de 1,80 separaciones por cada mil habitantes
Palma
La complicada situación de la vivienda en Baleares, así como el coste de la vida en general, entra de lleno en las estadísticas de divorcios en las Islas, que recuperan su tendencia descendente desde los efectos de la COVID en 2020, según el INE.
Maria Antònia Carbonero es profesora titular de Sociología en la UIB y aborda las líneas de investigación en sociología de la familia, desigualdades de género y exclusión social y políticas sociales. Sostiene que en los periodos de crisis, como en 2008, "la cifra de divorcios desciende porque supone un nuevo escenario de vida en el que se multiplican los gastos, con más motivo cuando se trata de un matrimonio con hijos". Sin embargo, actualmente, "Baleares no sufre de ninguna crisis económica, pero sí que tiene un grave problema de vivienda que, al final, obliga a continuar un proyecto de vida al que ya no se le ve sentido, lo que es un elemento importante de desigualdad social".
Junto a las posibilidades económicas, influyen otros factores, como los cambios de preferencias en la sociedad, "aunque habría que esperar algunos años más para determinar la incidencia". Lo que sí está íntimamente relacionado con los divorcios es el número de matrimonios, que siguen un camino casi paralelo.
En 2006, la tasa de nupcialidad por cada mil personas en Baleares era del 4,47, por el 3,94 en el caso de separaciones. A partir de ahí, se sigue una línea descendente de manera muy paulatina, aunque especialmente acusada durante la crisis de 2008 y años posteriores. Los matrimonios llegan a repuntar hasta el 4,36 en 2019, conforme comienzan a quedar atrás los efectos de la crisis económica, pero la tendencia se rompe un año después con la irrupción de la sanitaria.
Ese punto de inflexión lastra los matrimonios y divorcios hasta casi la mitad, al 2,51 por mil y 1,85 por mil, respectivamente. A partir de ahí, los casamientos vuelven a aumentar lentamente, hasta el 4,39 por mil de 2022, con algo más de 5 mil bodas. Los divorcios, por contra, tras un leve crecimiento en 2021, siguen su proceso de descenso con el 1,80 por mil en 2023.
Un último perfil al que alude Carbonero es el de la víctima de violencia machista, casos en los que influyen muchos factores, también el económico, pero en los que "la mujer siente que no tiene alternativas a continuar viviendo con el agresor y tener que aguantar todo tipo de violencias, eso ha pasado y sigue pasando muchísimo, es un factor muy grave".