Médico mallorquín en Suiza: "Mucho tiene que cambiar la cosa para volver, se pagan barbaridades para poder vivir solo"
Álex Díaz, sanitario de 31 años, trabaja en Aarau desde 2021 y lamenta las condiciones de trabajo y el sistema público de salud en España, unido al difícil acceso a la vivienda en Baleares
Palma
Las condiciones salariales y la carga de trabajo del personal médico en España no forman un cóctel atractivo cuando hay que hacer frente a los gastos de vida y vivienda que exige una comunidad como Baleares. Así lo aseguraba en la SER el sindicato médico SIMEBAL hace algunas semanas, donde ponían el acento en las dificultades que soporta tanto el personal como el propio sistema de salud y que provoca que muchos profesionales o no quieran venir a trabajar a las Islas o, en el caso de los que son de aquí, que se marchen.
En esta emisora hemos conocido el caso de Álex Díaz, un médico de Palma, de 31 años, que se marchó hace tres a Aarau, en Suiza, cuando vio una oportunidad de prosperar que aquí no encontraba. Tiene claro que no volverá mientras el salario no se corresponda con el coste de tiempo y recursos en formación y mientras haya que seguir pagando lo que se paga por un alquiler.
"Mucho tiene que cambiar la cosa para volver. Trabajar de médico público en España no es directamente proporcional al esfuerzo que ponemos para llegar ahí, y si queremos ganar más, hay que echar más horas trabajando también en la sanidad privada", ha explicado, agregando que "Mallorca es caro, se pagan barbaridades para poder vivir solo. Da para pensar que no nos demos cuenta de lo importante que es la independencia para el bienestar emocional".
Habla de sistemas de salud diferentes. El de España, "muy definido", con uno completamente público y otro cien por cien privado; salvo en algunos casos de conciertos. En el caso de Suiza, además de que soporta una carga más baja de usuarios al tener en torno a un 20% de la población española, el sistema es semiprivado.
Díaz defiende el público, pero ha definido como "frustrante" la experiencia de convivir con largas listas de espera para acudir al especialista o someterse a una prueba. "Deseas que esta máquina hoy vaya mejor, que no haya listas de espera tan largas, que haya más tiempo por consulta para cada paciente... El resumen es «frustración»", ha subrayado.
En su caso, vio de manera anticipada la dureza de este camino, cuando comenzó a estudiar el MIR, así que decidió que convenía marcharse y ejercer la medicina en otro país. "Es un maratón de extrema dificultad el tener una oportunidad al año para conseguir un determinado puesto, así que decidí aprender alemán y con relativa facilidad empecé a trabajar en Suiza en 2021. Hoy estoy aquí, pero mañana puedo estar en Alemania o Austria", ha relatado.