Un nuevo centro de la Fundación Asnimo en Palma dará asistencia médica a sus usuarios
Una residencia, un centro de día y un servicio ocupacional dará servicio a un total de 30 personas con discapacidad
REPORTAJE FUNDACIÓ ASNIMO SON AMETLLER
Palma
Desde hace 48 años, la Fundación Asnimo ofrece asistencia a personas con discapacidades. Atención médica, cuidados constantes, actividades e inserción laboral. Son algunos de los servicios que se ofrecen en el nuevo centro de Son Ametller, que se inauguró hace poco más de dos semanas. Una nueva residencia que proporcionará una novedad para sus usuarios, que por primera vez recibirán asistencia médica en el propio del centro.
Viviendas tuteladas, centros educativos o servicios ocupacionales son algunos de los programas que gestionan desde Asnimo. Desde hace dos semanas se le suma esta última pieza a la atención integral que proporcionan. Un total de 13 habitaciones, 7 dobles y 6 individuales que albergan a 20 personas.
Un aspecto que valoran mucho en este centro es la relación con las familias de los usuarios, y por ello, las visitas son constantes. "Incentivamos que haya relación, no queremos romper el vínculo", asegura José Molina, director del nuevo centro de Son Ametller.
Alguien que cada fin de semana que pueden se acercan hasta la residencia son Rosario y Rafela, hermanas. En el centro se encuentra su hermana pequeña, Maria de Lluc, de 63 años, que es usuaria de la Fundación Asnimo desde hace más de cuatro décadas. Desde el fallecimiento de sus padres, Maria de Lluc vivia en una vivienda tutelada donde recibía el cuidado de sus hermanas mayores.
Cuando surgió la posibilidad de ingresar en la residencia, Rosario y Rafela, no se lo pensaron dos veces. "Antes eran mis padres quienes estaban pendientes de ella, pero a raíz de su fallecimiento, asumimos su cuidado", comentan las hermanas.
Entre esas buenas condiciones de las que gozan en la residencia está la presencia de Joan Llabrés, pedagogo de la residencia, que es el encargado de preparar sesiones de diversa dificultad para los usuarios del centro.
Mientras en el centro de día, las sesiones y los cuidados son más intensos y está dedicado a aquellas personas con un mayor grado de dependencia, sin embargo, su otro programa, el del servicio ocupacional se dedica, principalmente, a la inserción laboral, algo que ya trabajaban en las viviendas que tiene tuteladas la fundación.
Separado de la residencia por una terraza estrecha de cuatro metros de largo está el servicio ocupacional en el que están tres usuarias supervisadas por María Jose Pintado, monitora del aula ocupacional. Este servicio busca insertar a los usuarios en un ambiente laboral, para ello les preparan en un entorno seguro como esta aula ocupacional. Aptitudes como la puntualidad, el compromiso o la responsabilidad ya se trabajaban en el centro que Asnimo tiene en Marratxí. Esta residencia les posibilita poner en práctica de manera real estas aptitudes. "Son cosas que, a nivel teórico, se han ido trabajando allí, y esta colaboración con ellos nos ayuda a poner en práctica situaciones reales", explica Pintado.
El trabajo que hacen en el servicio ocupacional sirve también para poder ayudar a la residencia y al centro de día. Los usuarios se convierten en trabajadores. Manualidades para las sesiones de estimulación cognitiva o ayuda en cocina.
El trabajo de la fundación y de este servicio ocupacional da sus frutos. No son pocas las empresas que llaman buscando trabajadores en la fundación Asnimo. Desde el centro valoran quién encaja mejor en el puesto demandado, y junto con la empresa eligen al mejor candidato, y los ayudan desde el primer momento para adaptarse al trabajo.
Una de estas usuarias de la residencia que ha sido contratada por una empresa externa es Esperanza. Hace algo más de un mes trabaja en el almacén de una tienda en un centro comercial. Está encantada con las funciones que le han designado y con sus compañeros, que asegura muy alegre que recibe gran ayuda por su parte.
"Lo que me gusta más es estar para arriba y para abajo, porque a veces, algún compañero me dice: 'Tienes una tarea nueva', y me voy con la carretilla y llevo todas las cajas que necesite mi compañero", afirma muy feliz Esperanza
Testimonios como este son los que demuestran el buen trabajo de la fundación Asnimo y la necesidad de centros como este para personas como Rafela y Rosario, que ya no pueden proporcionarle los cuidados que su hermana necesita, o como Esperanza que tenía la ilusión de poder entrar en cualquier empresa, y ahora disfruta de su trabajo y se siente realizada.