Las situaciones de pobreza en las familias retroalimentan los problemas de salud mental

Palma

Factores como no poder hacer frente al pago de la vivienda, o, incluso, no poder acceder a una; no poder mantener la temperatura adecuada en casa, o no poder permitirse un simple momento de ocio facilitan enormemente el sufrimiento de depresión y otras patologías relacionadas con la salud mental. Según la Xarxa per a la Inclusió Social, estas personas están mucho más expuestas que la población normalizada a tener una peor salud y calidad de vida, recordando, además, que "si no pueden pagar la hipoteca o el alquiler, ¿Cómo pueden permitirse acudir a un profesional de la salud mental?".

Así se expresa el director técnico, Andreu Grimalt, que sostiene que cada vez es más frecuente encontrar que no se puede hacer frente a gastos que no cubre la Seguridad Social, desde la compra de unas gafas hasta acudir a la consulta de un psicólogo. Otra pregunta es la que se hace Rubén Ceinos, del Colegio de Psicólogos de Baleares: "cuando uno no puede asegurar el lugar, la base donde se cimenta su vida, ¿Qué expectativas quedan, qué construyes?".

Es más, ha añadido que los servicios sociales atienden a cada vez más personas que no son capaces de acceder a estos elementos básicos aun trabajando, y es que "son situaciones muy difíciles de asimilar por uno mismo porque no es normal tener más dificultades que un padre o un abuelo en este sentido, y eso crea situaciones de angustia y desesperanza que te dificultan salir adelante".

Otra cuestión a tener en cuenta es el caso de las familias con niños, cuya tasa de pobreza roza el 25% en Baleares, tres décimas por encima de los datos del año anterior. "Se ven obligados a decidir entre comprar unos zapatos para el niño o el seguro del coche, por ejemplo", ha afirmado Grimalt.

Esto supone, además, un perjuicio en la cohesión familiar. Ceinos ha señalado que "si tienes que pluriemplearte, ya se crea una falta de presencia, además de recursos. Es un deterioro de la protección familiar y a nivel de vínculos".

Respecto al ocio, Grimalt tiene claro que, siendo un plano menos importante que el de hacer frente al pago de la vivienda, "no poder salir a tomar algo fuera de casa o no acudir al cine es un síntoma de vivir en situación de pobreza y de exclusión social, porque eso merma tu socialización". Por otra parte, se supone, según Ceinos, que "uno de los objetivos de trabajar es tener una mínima calidad de vida y procurarla a tu familia".