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Economía y negocios

El intercambio de casas pulveriza sus registros estivales en las Islas con un crecimiento del 32%

Es la quinta región de España. La previsión en Palma era de 8.900 pernoctaciones para terminar siendo once mil. Entidades ecologistas dudan de un modelo "que dedica la vivienda a un uso recreativo"

Vacaciones. / Klaus Vedfelt (Getty Images)

Palma

El intercambio de casas dispara sus registros en Baleares. Esta modalidad de pernoctación ha registrado durante este verano un crecimiento del 32% respecto al mismo periodo de 2023. Con 38 mil estancias, se trata de la quinta comunidad de España con mejores cifras, "un destino estrella".

La plataforma HomeExchange habla, directamente, de un crecimiento exponencial desde el paso de la pandemia de la COVID. Si las previsiones para la ciudad de Palma eran de unas 8.900 pernoctaciones para esta época estival, han quedado bien atrás después de registrar 11 mil. Pilar Manrique, portavoz de la plataforma, achaca este crecimiento a lo barato que resulta optar por este alojamiento, sobre todo. "Tras la pandemia hemos vivido en una situación de inflación continua y la gente ha buscado otra forma de viajar", ha explicado.

Se trata de una modalidad de alojamiento de la que recelan los sectores ecologistas. El portavoz de Fridays for Future, Pere Joan Femenia, ha recordado que lo que menos falta hace en Baleares es "seguir dedicando vivienda a un uso recreativo". "Eso ha nacido como una idea bonita, pero, realmente, se está incitando a que la vivienda sea un lugar de intercambio en lugar de residencial porque no se controla la comercialización y permite sacar viviendas vacías a este mercado", ha lamentado.

Todo ello, en referencia a los casos de segundas viviendas. Y es que este proceso de intercambio de casas funciona verificando y dando de alta el inmueble en esta plataforma, independientemente de que se trate de la residencia habitual o no, y abonando una tarifa de 160 euros anuales. Eso permite un número ilimitado de intercambios al año, que podrán ser recíprocos entre dos usuarios o no.

Preguntada por la existencia de una economía sumergida en este negocio, Manrique ha admitido que "se han dado casos que rápidamente se han denunciado". Siendo Baleares un territorio de fácil especulación dada la demanda turística, asegura que "este no es el sitio de quienes quieren hacer negocio con el alquiler turístico mientras existan plataformas como AirBNB o Booking, donde sacarán un rendimiento realmente alto en comparación a lo que aquí se pueda pedir al que llega a tu casa".

Han subrayado en la plataforma que "estamos ante una modalidad turística que respeta la gestión de un territorio ante el turismo masivo", lo que no comparte Femenia, ya que "no existe un control de los viajeros, más allá de lo que recogen los aeropuertos, y que, una vez aquí, tampoco puede conocerse cómo y cuánto se mueven".

"Es blanquear un impacto turístico que empieza desde el momento en que se coge un avión a Baleares o el turista empieza a moverse por el territorio", ha explicado, en referencia a que no es comparable al impacto del residente que presta la vivienda, que no tiene la necesidad acudir a determinados lugares de referencia o utilizar un coche de alquiler.