Las kellys de Baleares cierran una de las peores temporadas que recuerdan
Trabajadoras del colectivo explican que las plantillas son más cortas debido a bajas laborales y al precio del alquiler en las Islas. Denuncian que la medición de cargas apenas comenzó
Palma
El colectivo de camareras de piso de Baleares cierra una de las peores temporada turísticas que recuerdan. La desconsideración, en general, de los clientes se repite año tras año, pero hay que sumar una carga de trabajo superior debido a la falta de personal en las plantillas. Junto a las bajas, Ana Martín y Silvia Contreras hablan de un problema que empeora año a año porque ya no compensa venir a Baleares a hacer la temporada por el precio de los alquileres.
"Llevo 26 años en el oficio y es una de las peores. El turismo es verdad que ha sido muy malo y donde antes tardabas 10-15 minutos en terminar la habitación, ahora tardas 20", sostiene Ana, que alude también a una mayor carga de trabajo que años anteriores.
Silvia ha explicado que "hay muchas bajas por golpes, estrés, etc., a lo que hay que sumar que somos menos, ya cada vez compensa menos venir a trabajar en temporada si el alquiler se lleva tres cuartas partes de la nómina".
Creen que gran parte de este problema se solucionaría con las mediciones de las cargas de trabajo, que, en su mayoría, no se están haciendo, tal y como ya confirmaba en la SER el sindicato UGT. Hay, incluso, casos en los que se sí se han realizado estas mediciones pero no se implementan, ya que no es obligatorio hasta el próximo mes de abril.
"Las camas elevables se han puesto algunas en mi zona, al menos las he visto, pero las cargas de trabajo se han probado ya y no se aplican", ha explicado Silvia. "La mayoría de los hoteles ha cerrado al acabar octubre y no han hecho las mediciones, tienen que tenerlas para abril...", ha recordado Ana.
Un año más, el estado en el que las camareras de piso finalizan su temporada no es el adecuado, tanto a nivel físico como mental, ante el estrés que genera una carga de trabajo que crece y que no se ha atajado todavía. "Físicamente, mal, con dolores por todos sitios. Psicológicamente, estás continuamente en tensión. Es verdad que trabajas ocho horas según el papel, pero, claro, tú tienes un número de habitaciones asignadas y si no cumples ya te vienen problemas y aparecen malas caras. Tenemos que trabajar humanamente, y no de la forma en la que vamos", ha criticado Ana Martín.