Hoteles de Baleares reducen el desperdicio alimentario con tecnología y compras de proximidad
Gracias a la inteligencia artificial, el desperdicio en los hoteles se puede reducir hasta un 3%, mientras se aplican prácticas de sostenibilidad como raciones más pequeñas y compras diarias de productos de temporada
Palma
Platos pequeños, compras diarias en menor cantidad y productos de temporada y proximidad. Son algunas de las prácticas que emplean los hoteles de Baleares para reducir el desperdicio alimentario. Se estima que un establecimiento hotelero desecha entre el 9 y el 11% de la comida, pero, gracias a las nuevas tecnologías que utilizan inteligencia artificial, se están logrando porcentajes más bajos, que oscilan entre un 2,5 y un 3%.
Estas son algunas de las conclusiones presentadas este martes en la jornada organizada por el Ayuntamiento de Calvià en el marco de la Semana Europea de la Prevención de Residuos, con el objetivo de reducir el desperdicio alimentario.
La sobreproducción de alimentos en la cocina es el principal factor de desecho. Cada vez más hoteles implantan herramientas tecnológicas, entre las que destacan cubos con cámaras que detectan el tipo de alimento desechado. Esto permite obtener datos tras cada servicio y facilita la compra y gestión de productos.
La pasta, el arroz, la carne y las verduras son los alimentos más desechados. Jaume Ordinas, vicepresidente de sostenibilidad de Garden Hotels, reconoce que en los buffets libres, especialmente durante los dos primeros días de estancia del cliente, se tira más comida.
Los clientes que más alimentos desechan son los nacionales y los turistas británicos, mientras que los visitantes alemanes y del norte de Europa están más concienciados. También influye el perfil del visitante, como si es deportista o de más edad.
El chef corporativo de Iberostar, Miguel Millera, asegura que las raciones se han ido reduciendo, y el tamaño de los platos ahora es más pequeño.
Xisca Sitjar, responsable de sostenibilidad de RIU Hotels, destaca la importancia de formar a los trabajadores para adaptarse a la demanda diaria de clientes. Además, aplican prácticas de aprovechamiento de la comida sobrante para los menús del personal.
El chef José Cortés, del agroturismo en la finca Treurer en Algaida, subraya la importancia de realizar compras pequeñas y de productos que realmente se necesiten, una práctica aplicable tanto en los hoteles como en los hogares.