Mariona Caldentey: "No vi un partido femenino hasta los quince años, mis referentes fueron Messi e Iniesta"

Felanitx

La futbolista mallorquina Mariona Caldentey (Felanitx, 1996) tiene trabajo más allá de los terrenos de juego. Apenas sin tiempo de quitarse las botas tras darle la victoria al Arsenal frente al Bayern de Múnich (3-2) en la Champions League, regresa momentáneamente a su pueblo para presentar 'Mariona Caldentey, com hem canviat la història'.

Este libro, escrito por ella, en primera persona, y editado por la periodista Laia Coll, repasa los aspectos más importantes de su carrera, así como sus inicios y las, no pocas, piedras que una niña que quiere hacer carrera en el fútbol puede ir encontrándose en el camino. Como ya es sabido, una de esas piedras puede aparecer incluso diez minutos después de proclamarte campeona del mundo.

"Mis referentes son hombres, Messi e Iniesta, esa generación. Es que no puedo decir otra cosa porque no vi un partido de fútbol femenino hasta los 14 o 15 años. Ahora las niñas; incluso, los niños, nos pueden tener como referentes", ha explicado en 'A vivir Baleares'.

Algo que, posteriormente, se comprueba. Tras atendernos en los momentos previos a la presentación del libro, en la Penya Barcelonista felanitxera Els Tamarells, dos niñas pequeñas, ataviadas con la camiseta 'gunner' y el '8' de su vecina, ven a Mariona y no pueden evitar quedarse con la boca abierta. Alternan la mirada hacia su padre, como preguntándole, sin pronunciar palabra, si de verdad es ella la que baja las escaleras.

La Penya Els Tamarells, como un hogar

Son muchos los vecinos que se dan cita en un lugar que para la protagonista del programa de este sábado es como su casa. Sus cuadros, fotografías y camisetas enmarcadas sobresalen por encima de las de Cruyff, Guardiola, Xavi o Messi. "Tienen más fotos mías que mi madre, casi", ríe, agregando que "han estado apoyándome desde que empecé".

La figura de su padre, uno de los impulsores de esta peña, fue fundamental en su carrera. "Era entrenador; además, mi hermano mayor jugaba; por tanto, nadie nunca me dijo en casa que esto del fútbol no era para mí", ha explicado.

Del mismo modo ocurrió con sus compañeros. "Todos eran niños, y sé que no era lo normal, pero ellos lo veían como normal. Eso es un gusto porque no todas las historias son así. Era una más en cada equipo en el que jugué", ha rememorado.

El fútbol femenino, "otra realidad"

Caldentey ha asumido que, lamentablemente, la mujer en el fútbol tiene que demostrar, una y otra vez, mucho más de lo que se le exige en el campo a un jugador, en general.

"Es otra historia, vivimos otra realidad. Hemos normalizado el tener que estar en este tipo de luchas y parece que la mujer tiene que demostrar el doble y ganarse esa oportunidad de que se nos pueda ver y de que nos podamos expresar", ha lamentado, al ser preguntada por las críticas y por determinados episodios que normalmente no tendrían cabida en el fútbol masculino, como el caso Rubiales o las polémicas con el exseleccionador Jorge Vilda.

"Ha llegado tarde, pero ha llegado nuestro momento. Eso tratamos de inculcarlo a las nuevas generaciones de jugadoras, que sepan que mi generación ha visto la recompensa a una lucha que no es de hoy, muchas futbolistas pelearon y no lo consiguieron. Que entiendan eso las jóvenes y que sigan luchando, porque hay cositas que conseguir todavía", ha asegurado. "¡Que quede claro que no quiero retirarme todavía, ni mucho menos!", exclama, por si hubiera dudas.

Culé...y ahora, también 'gunner'

De hecho, su intención es seguir sumando experiencias, aunque estas llegarán desde el frío inglés, vistiendo la camiseta del Arsenal FC. Tras diez temporadas en el FC Barcelona, al que llegó con apenas 18 años, Mariona Caldentey lo ha ganado todo y buscaba nuevos retos.

"Era una zona de confort, son muchos años teniéndolo todo: todos los títulos, grandes compañeras, vida social en Barcelona... Y al final la carrera de futbolista es corta, si quería encontrar nuevas experiencias, el momento era este", ha explicado.

Claro, que Londres tiene poco que ver con Mallorca o Barcelona. "Me tiré a la piscina con todo, con el clima, la cultura, el idioma... Ya lo hablaba, sí, pero ahora lo hablo mejor", ríe.