La Semana Santa en Mallorca llega a su fin: "El ambiente ya parece el de temporada alta"
Las tradiciones gastronómicas marcan esta festividad en Baleares

REPORTAJE AMBIENTE SEMANA SANTA
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Palma
Hoy es Lunes de Pascua, lo que significa que la Semana Santa ya ha llegado a su fin. Atrás quedan los días festivos, las escapadas con amigos, las reuniones familiares y, cómo no, las colas frente al horno del barrio o pueblo para conseguir esa delicia tan típica de estas fechas. En Mallorca, hemos disfrutado de un tiempo estupendo casi todos los días, las procesiones han recorrido las calles, y nos hemos deleitado con la mejor gastronomía local.
Las calles han estado llenas a todas horas, las terrazas ocupadas desde media mañana, y el aroma a masa dulce se ha dejado notar en el aire cada vez que se abría la puerta de un horno. Entre quienes han regresado a casa para pasar unos días en familia y los turistas que han aprovechado las vacaciones, la sensación general ha sido de disfrute y tranquilidad. “Nos lo tomamos con planes muy tranquilos, unos cuantos robiols, pasear un poco y ver el ambiente de Palma, pero normalmente no voy a ver las procesiones porque ya las he visto muchos años”, comenta una visitante habitual.
Para muchos, más allá de las procesiones y el buen clima, la Semana Santa en Mallorca es sobre todo una celebración de la tradición gastronómica. Las panades, los robiols y los crespells han sido, un año más, los grandes protagonistas. “La vivimos como el único momento del año, aparte de Navidad, en el que realmente nos juntamos todos, y es muy bonito”, confiesa una residente.
La panada es, sin duda, el plato estrella. De pollo, cordero, sepia o con recetas familiares que se pasan de generación en generación, cada hogar tiene su versión. “Mi panada favorita es la de carne y guisantes, es insuperable”, asegura un joven. Otro residente lo resume así: “Aprovechamos esta cosa tan llongueta de hacer la masa dulce de la panada con un poco de sobrasada, carne magra y que tenga esta potencia como para decir: con una panada ya he merendado”.
Los dulces también tienen un papel esencial. Crespells, robiols de mermelada o cabello de ángel, torrijas y hasta robiols de flan Potax han llenado las mesas mallorquinas. “Los robiols que me gustan son los de mermelada”, apunta un turista. Otros prefieren los crespells, mientras que los turistas de la península nos recuerdan que no perdonan las torrijas.
El ambiente concurrido en la calle ha sido constante y los comercios lo han notado. Con las terrazas llenas y las tiendas abiertas, muchos ya miran hacia la inminente temporada alta. “Ha crecido mucho por Semana Santa la cantidad de gente. Yo creo que se asemeja bastante a la temporada alta de verano”, señala un comerciante. Otros destacan el perfil del visitante actual: “Por ahora el adelanto es de un turista más familiar, más adulto”.
Pero esta Semana Santa no ha sido solo turismo y tradición. También ha coincidido con un intenso calendario cultural. “Ha sido un momento de conexión de todas las actividades culturales en Palma. Está muy cerca Sant Jordi, la temporada de exposiciones… y también hemos aprovechado para conectar con amigos”, explica un vecino de la capital.
Aunque el significado original de la Semana Santa sea solemne, el ambiente en la isla ha sido especialmente alegre. “Es verdad que es una fiesta que, si piensas en su significado, realmente es triste, pero es cuando los días ya son más largos, viene el buen tiempo y la gente está con más ganas de estar por la calle. Pienso que al final son unas fiestas alegres”.
Ahora, Mallorca se despide de la Semana Santa con el buen sabor de boca que deja la tradición, el reencuentro y la gastronomía. Toca recargar energías y prepararse para lo que está por venir.




