Una granja avícola en Llucmajor denunciada por presuntos delitos contra la salud pública y estafa ante la Fiscalía

Una granja avícola en Llucmajor ha sido denunciada por presuntos delitos contra la salud pública y estafa ante la Fiscalía. Las entidades de protección animal y medioambiental ARDE y Satya Animal han sacado a la luz imágenes de una investigación en abril de este año en las que se puede ver ratas, telarañas y cadáveres de gallina en convivencia con gallinas vivas y huevos. También se ha documentado cómo las gallinas camperas no salen al exterior durante una semana.

Una investigación a la mayor explotación ganadera de Baleares por número de animales y extensión documenta una importante falta de higiene en las instalaciones. Las imágenes muestran telarañas y una mezcla de polvo, tierra, plumas y animales muertos en descomposición con gallinas vivas. Las organizaciones han denunciado estos hechos ante la Fiscalía de Medioambiente de Baleares por presuntos delitos contra la salud pública. Alertan de que la presencia de otras especies animales en la granja implica riesgo zoonótico de transmisión de enfermedades a humanos como la leptospirosis o salmonella.

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Aseguran estas organizaciones que hay extintores caducados y fuera de las naves, contenedores con cadáveres en estado de putrefacción repletos de gusanos. Además, en las imágenes enviadas a la Fiscalía, se muestran gallinas camperas no salen al exterior durante 6 días, con lo que se trataría de publicidad engañosa asegura la portavoz de ARDE Julia Elizalde. Y es que esta granja mallorquina, afirman que vende sus huevos a algunos de los mayores supermercados del sello de bienestar animal Welfair.

ARDE y Satya Animal señalan que la explotación avícola fue sancionada en 2024 con 150.000 euros de multa por ejercer su actividad sin autorización ambiental y por un incorrecto manejo de los excrementos. Sin embargo, en ese periodo la granja recibió una ayuda de 380.000 euros de fondos europeos. Afirman que en la actualidad, continúa funcionando de forma ilegal ya que no dispone de dicho trámite obligatorio.

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Esta empresa avícola ya levantó la polémica en verano de 2024, cuando propuso construir la mayor granja de España en la isla, con una capacidad de 739.000 gallinas. Los ayuntamientos involucrados se opusieron junto a entidades de la sociedad civil.

Ahora, estas entidades de protección medioambiental y animal exigen el cierre inmediato de la explotación avícola, restaurar el entorno original y comenzar de nuevo los trámites.

Por su parte, Avícola Son Perot ha asegurado que todas sus granjas están sometidas a rigurosos controles internos y externos y que reciben inspecciones periódicas por parte de los servicios veterinarios y técnicos de la Administración de la Comunidad Autónoma.

Así lo ha destacado la empresa en una nota de prensa este lunes ante informaciones sobre una posible denuncia por parte de organizaciones sobre el estado de la granja de gallinas de Llucmajor.

Además, han indicado que sus explotaciones cuentan con la certificación Bienestar Animal Welfair, otorgada por Aenor, y que el pasado martes, 20 de mayo, se llevó a cabo la auditoría anual correspondiente a la granja de Llucmajor y que se superó con normalidad.

Igualmente, según Avícola Son Perot, sus instalaciones reciben inspecciones periódicas de los servicios veterinarios y técnicos autonómicos, "cumpliendo siempre con los estándares de calidad, seguridad y bienestar exigidos por la normativa exigente".

Por todo ello, la empresa entiende que "cualquier inquietud" sobre el estado de las granjas queda "debidamente aclarada".

Por último, han expuesto que su departamento jurídico permanece atento a cualquier posible publicación sobre el asunto y que "actuará en consecuencia" si se considera que se vulneran los derechos e intereses legítimos de la empresa.