Detectan puntos de conflicto en un 35 por ciento de la red ciclista en aceras o zonas peatonales de Palma
Entre las principales conclusiones del estudio destaca la necesidad de suprimir el carril bici de Blanquerna y ofrecer alternativas


Palma
El Ayuntamiento de Palma ha presentado la fase 1 de la auditoría realizada sobre la actual situación de la red de carriles bici de Palma, a partir la que se han detectado puntos de conflicto en un 35 por ciento de la red ciclista en acera o zonas peatonales de la ciudad. Son casi 7 kilómetros conflictivos donde se tienen que mejorar. Intersecciones, cruces, paradas de autobús o contenedores cercanos, son las principales problemáticas que presenta la red ciclista de la capital balear.
Palma cuenta con algo más de 108 kilómetros de carril bici, y el objetivo del Consistorio es seguir creciendo hasta los 167 kilómetros a corto y medio plazo, sumando así 60 kilómetros de carril bici nuevos.
Son las recomendaciones de la primera fase de la auditoría realizada por una empresa externa para detectar los puntos conflictivos.


Entre las principales conclusiones destaca la necesidad de suprimir el carril bici de Blanquerna y ofrecer alternativas. De momento, según el responsable de la empresa auditora, Francesc Arechavala, se están estudiando y en las próximas semanas se prevén presentar.
El regidor de Movilidad, Toni Deudero, en ese sentido, asegura que no se prevén actuaciones en las Avenidas, ni tampoco modificar la zona peatonal de la Plaza de España, donde hay un tramo de un centenar de metros que el usuario debe bajar del vehículo.
Entre las actuaciones también se prevén instalar rampas y pavimento táctil para reducir la conflictividad en las paradas de la EMT, pasos de cebra en los contenedores de basura de EMAYA, y buscar soluciones concretas en las zonas donde se producen cruces en la acera o en pasos peatonales.


El objetivo del Ayuntamiento de Palma es seguir apostando por incrementar el carril bici, pero también mejorar el existente, y siempre evitando las zonas de conflicto con el peatón. La idea es que, siempre que el espacio lo permita, la vía ciclista esté separada, es decir, que discurra por la calzada y no sobre la acera.




