La Baleares que se vacía clama contra el problema de la vivienda: "Volveremos como turistas, la única forma en la que nos quieren"

Palma

La Baleares que se llena; especialmente, en estas fechas, silencia a la que, poco a poco, se va vaciando cada año ante la imposibilidad de afrontar el coste de la vida. El mercado de la vivienda es el principal problema, pero hay vecinos que han dicho, y siguen diciendo, basta a seguir aguantando atascos en las carreteras o a renunciar a disfrutar de su tierra en favor de quienes la visitan.

Kiu y Raquel, dos mallorquines, vivían en Calvià, en un apartamento de menos de 30 metros cuadrados y sin contrato. Fueron sobreponiéndose a las diferentes subidas de alquiler hasta que los propietarios de los pisos de la finca empezaron a optar por la venta o por destinarlo al alquiler turístico. Intentaron agotar las posibilidades en la isla, pero resultó prohibitivo. Su destino, un pequeño pueblo costero entre Alicante y Murcia, del que esperan no se convierta en Mallorca.

"Solo encontrábamos zonas deprimidas y si nos hubiéramos querido quedar, pues eran 180.000 euros por ese apartamento de menos de 30 metros cuadrados", ha explicado Kiu. "La mejora es considerable, ya no tenemos esa incertidumbre de tener que pagar el piso, el esfuerzo que supone, facturas, compras... Vivir al límite se nota mucho en la salud", ha señalado Raquel.

Pese a que viven más tranquilos, ya con vivienda en propiedad, no todo es alegría. El hijo de Raquel se queda en Calvià, viviendo con su padre, en régimen de custodia compartida, así como los abuelos. "Es por lo único que tengo dolor... Fue una decisión muy dura de tomar. Además, mi madre está enferma", ha señalado.

Han explicado que siguen viajando con asiduidad a la isla; eso sí, ya, como turistas. "Es así como se quiere a la gente en Baleares y lo que ha hecho que las Islas estén así. Ahora iremos y aprovecharemos las infraestructuras, servicios, emergencias...como hacen quienes las visitan", ha lamentado Kiu, irónico.

Una marcha previo desahucio

Alejandra y su familia llevan cerca de un año viviendo en un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza. Pagan un alquiler de 380 euros mensuales cuando en Ibiza, su tierra de toda la vida, pagaban 1.400. Pese a contar con trabajo tanto ella como su marido, llegaron al punto de no poder hacer frente a la renta y fueron acumulando deuda. Lo más llamativo es que ni siquiera tuvieron que sufrir una subida del alquiler por parte del casero para terminar siendo desahuciados.

"1.400 euros es una burrada. Incluso trabajando los dos, llegó una mala racha y no pudimos seguir haciendo frente. Nos desahuciaron y pasamos a vivir durante unos días en un hotel. Por más que buscábamos piso, llegabas a la cita y había una cola de gente. Faltaba que te pidieran el historial médico", ha recordado.

"Estoy tranquila y contenta, pensando en el bienestar de mis hijos, pero cada día me levanto y mi cabeza está en Ibiza. Me tengo que joder", ha lamentado.

"Aquí se ríen hasta de dios, pero los ibicencos, a agachar la cabeza, porque es lo que hay"

Es una damnificada más, ha comentado, de entre todos los ibicencos, que "sufren cómo el turismo degrada la isla" y la convierte en un lugar impensable si no es para ir de vacaciones.

"Mis abuelos llegaron a la isla y las carreteras eran de camino, las playas no eran como son hoy, están degradadas por la masificación... Que llegan a Ibiza y se ríen hasta de dios mientras el ibicenco tiene que callar y agachar la cabeza porque el turismo manda y no tiene que ser así", ha criticado. "¿Quién va a atender ese turismo y quién lo va a mantener contento si nos seguimos yendo?", se pregunta.

Lourdes y su pareja, mallorquines de mediana edad, se han trasladado a una pequeña localidad de Lugo junto a sus 28 caballos. En su caso, no llegaron a tener problemas con la renta, aunque notan ahora diferencias significativas. El motivo de su marcha fue el aumento del gasto de mantenimiento de la hípica y de las necesidades de los animales.

"Siempre intentábamos cultivar todo, pero las temperaturas lo ponen más complicado cada año y ya el año pasado tuvimos que comprar todo de fuera, traerlo a Mallorca, con el gasto que supone. En Lugo lo tenemos a la mitad de la mitad", ha comentado.

Casas con terreno por menos de 400 euros

No ha sido fácil, pero celebra que las dificultades quedaron atrás y ya no sufren la masificación turística, aunque la lamentan en la lejanía. A día de hoy, no piensan volver.

"Lo hemos valorado mucho, con listas de pros y contras, con el apartado sentimental... Pero decidimos irnos. Encontramos un alquiler asequible, que los hay aquí por entre 250 y 400 euros por casas enormes con terrenos", ha explicado, concretando que "ya nos hemos sentado a hablar y no pensamos volver. Se ha vendido la isla al turismo de una forma muy cuestionable", ha asegurado.