UGT reclama ampliar la jornada intensiva en la construcción a los tres meses de verano: "No se puede con las temperaturas que hay"

Palma

El sindicato UGT en Baleares reclama blindar los tres meses de verano con una jornada intensiva en el sector de la construcción. Las altas temperaturas que ya registra el archipiélago, impropias de un mes de junio, han hecho saltar las alarmas en el sindicato, que ve "insuficiente" el acuerdo alcanzado en el calendario laboral de 2025, que marca el periodo de jornada continua desde el 15 de julio al 31 de agosto.

El responsable de Construcción de UGT, Roberto Serrano, ha señalado que es una mejora de quince días en comparación al año pasado, pero "el objetivo es equipararse a Andalucía y la Comunidad de Madrid, donde dichas jornadas van desde el 1 de junio al 30 de septiembre. Poco es para las temperaturas que tenemos, eso hay que firmarlo cuanto antes, lo llevamos pidiendo cuatro o cinco años desde el sindicato".

"Hay empresas que voluntariamente aplican este calendario de tres meses tras negociarlo con sus empleados, pero son muy pocos casos", ha explicado, matizando que "el mes y medio vigente en Baleares es el mínimo exigido".

Los problemas de las altas temperaturas van más allá del horario laboral. Hay determinadas normativas que hasta ocho de cada diez empresas no están cumpliendo. Por ejemplo, del convenio de la construcción en Baleares se desprende la obligación de que las empresas cuenten con agua corriente, potable y fría en todo momento además de neveras para que los trabajadores guarden su comida en condiciones.

Por otra parte, el protocolo de prevención del Ibassal, el Instituto Balear de Seguridad y Salud Laboral, remarca, entre otras cosas, que las cremas solares también deben procurarse a los trabajadores al considerarse EPIs.

"El 85% no cumple ni una de estas medidas. Son obligatorias, pero, claro, si ya cuesta que se cumplan los protocolos de seguridad, como para ponerles encima una neverita", ha criticado Serrano.

Son algunos ejemplos, ha señalado, de los incumplimientos de las empresas y que, por más visitas que hagan en el sindicato, no dan abasto si no se producen inspecciones como cabría esperar.

Uno de los casos más flagrantes lo han encontrado en Ibiza, en una obra en platja d'en Bossa, donde se ha trabajado a contrarreloj, "hasta a las 23:30 y con focos", para avanzar todo lo posible antes de que entrara en vigor este domingo la normativa de ruidos.

Estas circunstancias, añadidas a la dureza del oficio y a la falta de vivienda, hacen que el relevo generacional se complique en un sector que pierde gente cada año. Ha afirmado Serrano que "ni las constructoras ni los empleados de Baleares son suficientes para la cantidad que obras que hay. Tanto, que vienen cada vez más empresas de la península".