Suciedad, acusaciones de robo y hasta agresiones, los episodios más surrealistas que aguantan las kellys baleares en temporada
La campaña turística alta arranca este 1 de julio y las camareras de piso recopilan anécdotas fruto de la falta de respeto de algunos viajeros

Camarera de piso / CADENA SER

Palma
Suciedad y basura como nunca se ha visto, camas llenas de piojos, acusaciones de robo y hasta agresiones de todo tipo. También, sexuales. La llegada de la temporada alta a Baleares en apenas unos días abre la puerta a un verano más de todo tipo de desprecios al trabajo de las camareras de piso y a las mismas empleadas.
Más allá de continuar trabajando sin la existencia de un convenio de hostelería en vigor, caducado el 1 de abril y aún a la espera de ver si se alcanza un acuerdo o si arrancará la huelga en julio, el colectivo de las conocidas como kellys se enfrenta a episodios surrealistas cada verano debido a la desconsideración de según qué turistas.
La SER ha recogido varias anécdotas de diferentes trabajadoras, donde no quedan de lado los intentos de agresión sexual. Fue el caso de Nina, que tuvo que reaccionar como pudo cuando un joven recién llegado de fiesta intentó forzarla.
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"Me tiró sobre la cama y tuve que golpearle con un cenicero"
Sara García cuenta la anécdota de una compañera que, después de limpiar la habitación, recibió una petición del turista que iba bastante más allá.
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"Le ofreció 50 euros por hacerle un servicio algo más especial, más allá de limpiarle la habitación"
Ana cuenta cómo el amplio uniforme dio la idea a un viajero alemán de grabarla con el móvil mientras limpiaba su habitación.
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"El uniforme era ancho y el cliente me grabó con el móvil"
Las acusaciones de robo también están al orden del día.
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"Nos acusaron de robarle los móviles y los tenían en la maleta"
Pasa con móviles y ropa, pero también con joyas, en general, y también, cómo no, con dinero en efectivo.
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"Decían que les robé las alianzas. Retiré la cama y se escuchó cómo caían al suelo. Me negué a recogérselas"
Y un clásico, tener que limpiar habitaciones más parecidas a un zoológico que al alojamiento de un humano. Ana y Cris lo saben bien.
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"Tuve que bañar a un cliente que se cagó encima" - "Limpié su habitación y terminé con piojos"

Sergio Zabala
Madrid, 1992. Se graduó en Periodismo por la Universidad de Málaga. Su primer contacto con la profesión...




