Hablemos de sexualidad. Capítulo 6. El imaginario corporal

Mahón

La forma en que percibimos nuestro cuerpo y el de los demás no es algo estático ni universal. A lo largo de la historia, los cánones de belleza han cambiado de manera constante: lo que en una época o lugar se consideraba hermoso, en otro puede ser visto como extraño, poco atractivo o incluso indeseable. Esta es una de las ideas centrales que explora la sexóloga Liza Schmitz en su videopodcast educativo, donde invita a reflexionar sobre la construcción cultural del cuerpo, su vínculo con la sexualidad y la necesidad de promover una mirada crítica y respetuosa hacia nosotros mismos y hacia los demás.

En sus intervenciones, Schmitz recuerda que las culturas del mundo han tenido visiones muy distintas del cuerpo ideal. Desde las figuras redondeadas y fértiles que se valoraban en la prehistoria o en algunas culturas africanas, hasta los cuerpos extremadamente delgados promovidos por la moda occidental en el cambio de milenio, pasando por estándares musculosos, andróginos o marcadamente femeninos en distintos momentos de la historia. El cuerpo humano ha sido moldeado simbólicamente por la religión, la economía, el arte, la ciencia… y hoy, muy especialmente, por la publicidad y las redes sociales.

Consciente del impacto que estos mensajes tienen en edades tempranas, Liza Schmitz ha llevado esta reflexión al ámbito educativo. En una serie de visitas a centros escolares, propuso a los niños y niñas una actividad aparentemente sencilla: dibujar a la persona más bella posible. Los resultados fueron tan reveladores como inquietantes. La mayoría de dibujos mostraban figuras con rasgos muy marcados: cinturas estrechas hasta el límite de lo anatómico, ojos grandes, labios prominentes, músculos exagerados o pechos y glúteos de proporciones poco realistas. En muchos casos, los cuerpos dibujados se asemejaban más a personajes de cómic, influencers virtuales o avatares que a seres humanos reales.

Solo en algunos casos aislados, algún alumno o alumna decidió destacar atributos que escapaban a la dimensión puramente física. Algunos pocos ejemplos sugerían que para algunos niños, la belleza aún podía estar relacionada con la personalidad, la inteligencia o la capacidad de hacer el bien. Pero eran, sin duda, la excepción.

La sexóloga aprovecha estos ejercicios para lanzar una serie de reflexiones dirigidas tanto a padres y madres como a educadores, profesionales de la salud y cualquier persona interesada en el desarrollo emocional y sexual de la infancia. ¿Qué tipo de cuerpos estamos normalizando como “bellos”? ¿Qué consecuencias tiene esto en la autoestima de los menores? ¿Qué lugar ocupa el respeto por la diversidad corporal en los mensajes que consumen cada día?

Schmitz no busca ofrecer respuestas cerradas, sino abrir espacios de pensamiento y diálogo. A través de su videopodcast y su trabajo en el aula, anima a cuestionar los modelos impuestos, a visibilizar otras formas de belleza y a construir una educación sexual que incluya no solo lo biológico, sino también lo emocional, lo social y lo simbólico.

En definitiva, entender cómo cambia nuestro imaginario corporal es también una forma de conocernos mejor y de crecer con más libertad.