La asertividad en la salud mental, en los espacios BPSO Menorca

La salud mental no solo se construye en la intimidad de la reflexión personal o el acompañamiento terapéutico, sino también en la forma en que nos comunicamos con el mundo que nos rodea. En este sentido, la asertividad se presenta como una herramienta esencial para fortalecer el bienestar emocional. En los espacios BPSO de Menorca, el enfermero David Peña y la enfermera Cristina Ulldemolins han abordado esta habilidad con ejemplos concretos, mostrando cómo puede aplicarse en contextos reales para transformar la manera en que nos relacionamos.

La asertividad consiste en expresar ideas, emociones y necesidades de manera clara, directa y respetuosa, evitando tanto la sumisión como la agresividad. Esta actitud comunicativa busca el equilibrio entre la autoafirmación y la empatía, promoviendo vínculos más sanos y eficaces. Su práctica continua no solo mejora la calidad de las relaciones interpersonales, sino que contribuye al desarrollo de una autoestima sólida y a una mayor satisfacción personal y profesional.

Una habilidad esencial para la vida diaria

La asertividad se fundamenta en cuatro pilares básicos: la autoafirmación, la expresión de sentimientos, la empatía y el establecimiento de límites. Estos componentes permiten a las personas defender sus derechos sin vulnerar los de los demás, expresar lo que sienten de forma adecuada, comprender distintas perspectivas y decir “no” cuando es necesario.

Aplicar estas habilidades en la vida diaria supone una mejora significativa en la comunicación. Al hablar desde el respeto mutuo, se crea un entorno más honesto, transparente y colaborativo. Las personas asertivas se muestran seguras, confiadas y capaces de enfrentar conflictos sin recurrir a la confrontación ni al silencio. De este modo, se convierten en agentes activos en la construcción de relaciones más saludables, tanto en lo personal como en lo laboral.

En los encuentros del programa BPSO en Menorca, las enfermeras en salud mental han ilustrado estas ideas con situaciones prácticas en las que la asertividad marcó una diferencia clara: desde una conversación difícil con un compañero de trabajo hasta la forma en que una persona establece límites con un familiar sin generar rupturas emocionales. Estas experiencias demuestran que la asertividad no es innata, sino una habilidad que puede aprenderse, entrenarse y perfeccionarse con el tiempo.

Diferencias que impactan el bienestar

Comprender lo que significa ser asertivo también pasa por identificar qué no lo es. Una persona pasiva, por ejemplo, suele evitar expresar sus opiniones por miedo al rechazo o al conflicto, lo que termina por afectar su autoestima y generar frustración. En el otro extremo, quien actúa de forma agresiva impone sus ideas sin considerar las emociones ajenas, generando malestar, rechazo y relaciones basadas en el control o el miedo.

Frente a estos extremos, la asertividad aparece como una tercera vía. Permite afrontar los conflictos de manera calmada, expresar necesidades sin herir y escuchar activamente al otro. Las personas asertivas saben marcar límites, gestionar desacuerdos y mantener relaciones más equilibradas y respetuosas. Esta forma de comunicación también tiene un impacto directo en el entorno laboral, donde la claridad y el respeto en la interacción entre compañeros puede mejorar la productividad, reducir tensiones y favorecer la toma de decisiones conjuntas.

Asertividad y salud mental: un binomio imprescindible

La incorporación de la asertividad como herramienta dentro de los espacios de salud mental refuerza el enfoque preventivo y promueve la autonomía personal. En Menorca, el programa BPSO sigue trabajando para integrar esta competencia en el día a día de las personas, no solo como parte de intervenciones clínicas, sino también como una habilidad útil en entornos cotidianos.

Fortalecer la capacidad de decir “no” sin culpa, expresar emociones sin temor y defender los propios valores con respeto es clave para una vida emocionalmente sana. La asertividad no elimina los conflictos, pero sí ofrece recursos para gestionarlos con madurez y empatía. En definitiva, no se trata solo de comunicarse mejor, sino de vivir con mayor autenticidad, seguridad y equilibrio.

La experiencia compartida en los espacios BPSO de Menorca deja claro que la asertividad no es solo una técnica de comunicación, sino un camino hacia una salud mental más sólida, consciente y libre.