Hablemos de sexualidad. Capítulo 9. La transformación del placer

Mahón

Durante décadas —y aún hoy— el placer sexual se ha entendido como un camino directo hacia un destino concreto: el orgasmo. Una carrera que empieza con excitación y termina, idealmente, en un clímax que marca el éxito del encuentro. Esta visión, profundamente coitocentrista y finalista, ha reducido el placer a un momento breve, casi obligatorio, muchas veces más performativo que sentido. Pero, ¿y si el placer fuera mucho más amplio, más diverso, más libre de lo que nos han contado?

¿Dónde vive el placer?

La sexóloga Liza Schmitz, en el videopodcast que te invitamos a ver a continuación, nos guía en un viaje a través del concepto de la “transformación del placer”. Con una mirada profesional, respetuosa y profundamente humana, nos ayuda a repensar lo que creemos saber sobre el deseo y el goce. Porque no todo placer tiene que acabar en un orgasmo. Y, de hecho, muchas veces el placer más intenso ni siquiera está allí.

Con apoyo de diagramas y estudios recientes, Liza nos muestra cómo y dónde se genera el placer: no solo en los genitales, sino en la piel, en los sentidos, en la mente. La neurobiología lo confirma: nuestro cerebro es un órgano clave en la experiencia placentera, y su respuesta no siempre está ligada a la estimulación sexual directa. Acariciar, mirar, reír, respirar, sentir una conexión auténtica… también son formas de placer. Y cuando nos liberamos de la obligación de llegar al clímax, lo que surge es una nueva relación con el cuerpo y con el otro.

Por más que pasen los años

En la conversación, también exploramos cómo cambia la forma en que vivimos el placer a lo largo del tiempo. Lo que buscamos a los 20 años no es necesariamente lo que valoramos a los 40, ni a los 60. La relación con nuestro cuerpo, nuestras inseguridades, nuestros tiempos y nuestras necesidades evolucionan. Y con ello, también puede transformarse la manera en que nos relacionamos sexualmente. Lo que en la juventud es intensidad, puede convertirse en profundidad. Lo que era urgencia, puede ser presencia. Y ese cambio no solo es natural, sino también enriquecedor.

Este episodio no es una clase, ni una charla técnica. Es una invitación a abrir la mente a nuevas formas de entender el deseo. A desmontar mitos que nos hacen daño. A dejar atrás modelos de placer heredados que no se ajustan a la realidad de muchos vínculos. Y, sobre todo, es una propuesta para que empecemos a hablar de sexo desde la libertad, el respeto y el autoconocimiento.

Porque transformar el placer es, también, transformar la vida íntima que queremos habitar.

🎧 Dale al play y acompáñanos en esta reflexión que va más allá del orgasmo. Porque el placer es mucho más grande que un final feliz.

Luis Soler Dauchy