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Salud y bienestar

Cuidado con las cabras salvajes de Es Mercadal

Turistas y residentes piden ayuda para evitar las molestias que están provocando

Animal salvaje / JACLOU-DL

Maó

La presencia de cabras salvajes en Es Mercadal vuelve a generar preocupación entre vecinos y turistas. Estos animales, que habitan en diversas colonias dispersas por la zona más agreste del norte del municipio, han comenzado a desplazarse hacia áreas más cercanas a la costa en busca de alimento y agua, provocando molestias y riesgos en entornos urbanos y turísticos. Lo que inicialmente puede parecer un espectáculo pintoresco pronto se convierte en un problema para la comunidad y los visitantes.

De la campiña a los jardines

En pleno mes de agosto, cuando la vegetación natural es escasa, las cabras buscan alternativas más jugosas para su alimentación. Los céspedes de los jardines de casas y apartamentos turísticos resultan irresistibles para estos animales, que no dudan en acercarse a las zonas habitadas. Los paseantes pueden encontrar imágenes simpáticas de las cabras entre el césped, pero la situación cambia cuando los animales comienzan a interactuar con elementos de las propiedades privadas, incluyendo vehículos y árboles ornamentales.

El comportamiento de las cabras puede generar daños considerables. No solo arrancan hojas de los árboles, sino que pueden subirse a coches de alquiler u otras superficies en su búsqueda de alimento, lo que provoca preocupación entre los propietarios y riesgos de accidente para los conductores. Esta situación ha llevado a residentes y turistas a solicitar la intervención de las autoridades locales para garantizar la seguridad y minimizar las molestias.

Intervención de las autoridades

Las quejas han activado la respuesta de la Conselleria de Medio Ambiente, que ya ha iniciado gestiones para controlar la población de cabras en las zonas más cercanas a la costa. Se ha solicitado a los propietarios de fincas que faciliten el acceso a los equipos de control para que puedan realizar su labor con mayor eficacia. El objetivo principal es mantener a los animales alejados de las urbanizaciones y prevenir daños materiales y riesgos para las personas.

Históricamente, el municipio ha enfrentado situaciones similares. Años atrás, ante un repunte de la población de cabras, se organizaron batidas de caza con el fin de minimizar los efectos adversos de su presencia en zonas habitadas. En la actualidad, no existe un censo exacto de estos animales, lo que complica el seguimiento y la gestión de la población. Sin embargo, las autoridades recomiendan a los vecinos y turistas extremar la precaución, especialmente al conducir, y, en la medida de lo posible, tratar de ahuyentar a las cabras para evitar que se acerquen a las áreas residenciales y turísticas.

Consejos para residentes y visitantes

Ante esta situación, se aconseja a los conductores transitar con mayor cuidado por las zonas donde se ha detectado la presencia de cabras, ya que los cruces inesperados de estos animales podrían provocar accidentes de tráfico. Los turistas y habitantes deben evitar alimentar a las cabras, ya que esto puede reforzar su comportamiento y aumentar los desplazamientos hacia áreas urbanizadas. También se recomienda mantener cerradas las puertas y portones de jardines y fincas, y proteger los árboles y arbustos más vulnerables con barreras temporales si es necesario.

Si bien la presencia de cabras salvajes puede aportar un componente pintoresco a la experiencia turística, la prioridad es garantizar la seguridad de las personas y la integridad de las propiedades. La colaboración entre residentes, turistas y autoridades será clave para lograr un equilibrio entre la vida silvestre y la convivencia con el entorno urbano. La gestión responsable de la población de cabras permitirá que estos animales sigan formando parte del paisaje natural de Es Mercadal sin convertirse en una fuente de conflicto o riesgo.

Luis Soler

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