Rai de las Heras: "El caso de Dani Rodríguez es reconducible"
El psicólogo deportivo afirma: "Debemos tener claro que se castigan comportamientos no personas"
Entrevista psicólogo deportivo
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Palma
La actualidad del RCD Mallorca se ha visto alterada en los últimos días por tensiones internas que han sacado a la luz las costuras del vestuario. El detonante fue un comunicado publicado en redes sociales por Dani Rodríguez, en el que cuestionaba abiertamente la decisión del técnico Jagoba Arrasate de alinear al joven Jan Virgili en el Santiago Bernabéu con tan solo un entrenamiento.
El mensaje fue interpretado como una clara muestra de desafío a la autoridad del entrenador y, en consecuencia, el club decidió suspender al futbolista de empleo y sueldo durante 10 días.
En medio de este clima atópico, el psicólogo deportivo Rai de las Heras analiza la situación en el programa Ser Deportivos Baleares, abordando tanto el caso de Dani Rodríguez como el de Pablo Maffeo, otro jugador que ha vivido tensiones recientes con la entidad.
Rai considera que muchos futbolistas “no están bien asesorados” y remarcó la importancia del entorno emocional y profesional que rodea a los jugadores, especialmente en momentos de crisis. “En situaciones como esta, el entorno puede marcar la diferencia”, afirmó.
El caso de Pablo Maffeo también ha generado controversia. El lateral catalán protagonizó un desencuentro con la afición al final de la pasada temporada, lo que alimentó rumores sobre una posible salida en el mercado de verano. Sin embargo, su continuidad se confirmó y, como gesto de reconciliación, el jugador apareció en un vídeo realizado por la entidad, en el que mostró su arrepentimiento y expresó su voluntad de enmendar sus errores.
El psicólogo compara la relación entre jugadores y afición con una relación de pareja: “En una relación hay que saber poner límites, pero también hay que perdonar si queremos que funcione”.
La afición mallorquinista se muestra dividida: algunos están dispuestos a dar una segunda oportunidad a los jugadores implicados, mientras que otros consideran que sus actos son imperdonables. El terapeuta es claro al respecto: “Las palabras deben ir acompañadas de actos si quieren recuperar la confianza del público”.
Para finalizar, De las Heras es optimista: “Ambos casos son reconducibles. Estas situaciones son más comunes de lo que parece, y para la buena salud del grupo es fundamental saber cerrar heridas. Una vez cumplido el castigo, hay que dejar atrás lo ocurrido y empezar de cero.
