Los efectos de la vivienda vacacional sobrepasan el mercado de alquiler y alcanzan la restauración

Palma

Los efectos del alojamiento en vivienda vacacional sobrepasan el mercado del alquiler y ya recaen sobre la hostelería balear. Como ocurre en tantos sectores turísticos de las islas, la facturación está siendo menor que en temporadas anteriores y lo achacan a una disminución del gasto del viajero; sobre todo, explican, por la subida de precios de hoteles y aerolíneas. En el caso de la restauración, apuntan a una causa más: la sustitución de este servicio en favor de los supermercados.

Juanmi Ferrer, presidente de CAEB Restauración, señala que esta situación se da desde hace años y ya venía ocurriendo en destinos caribeños; sin embargo, dudaban mucho que pudiera proliferar en Baleares y, además, de forma más intensa cada año. La razón es simple, dice, teniendo cocina y nevera en una vivienda turística no hace falta más.

Ocurre en general, señala Ferrer, pero ese es el perfil tipo, el que busca ahorrar todo lo que sea posible. Lo confirma también Bartomeu Servera, presidente de los distribuidores de Baleares, que hace la distinción entre casas y pisos turísticos; estos últmos, prohibidos ya en las Islas, pero igualmente existentes de manera ilegal. Y en contraposición a la hostelería, Servera señala que los supermercados se están beneficiando de esta situación.

Por su parte, desde la federación de servicios de UGT, José García Relucio admite esta realidad, pero se pregunta hasta qué punto tienen que ver también los altos precios de la restauración. En cualquier caso, y pese a estar a favor de la existencia de la vivienda turística, considera que tiene que perseguirse la ilegal para que no compita con el mercado de la vivienda convencional, al que recurren los empleados de la hostelería.

Como soluciones, Ferrer señala que bajar precios es prácticamente una utopía, por lo que no queda otra que asumir que este perfil de turista de bajo presupuesto que recurre a la vivienda turística ha dejado de ser importante para el sector, pero también para la industria balear en general, dice.

Bartomeu Servera, por otro lado, tiene claro que esta situación tiene que terminar; en primer lugar, por lo que repercute en el precio del alquiler, pero también por estas otras derivadas que implica.