Uno de cada cuatro jóvenes de las Islas Baleares sufre soledad no deseada o está en riesgo de padecerla

Uno de cada cuatro jóvenes de las Islas Baleares sufre soledad no deseada o está en riesgo de padecerla. Este es uno de los datos que se han explicado hoy en unas jornada sobre la soledad no deseada organizada por el Hospital Sant Joan de Déu. Bajo este título, profesionales de la salud, la psicología y el trabajo social se han reunido para compartir experiencias y estrategias que ayuden a combatir un fenómeno que afecta tanto a mayores como a jóvenes.

Catalina Moragues, psicóloga de la Fundació Sant Joan de Déu, ha presentado el programa enlaza2, una iniciativa dirigida a adolescentes y jóvenes para prevenir la soledad no deseada a través de espacios de encuentro y acompañamiento. Explica que en los últimos años existe "una relación en forma de U: la soledad es más frecuente en la juventud, después en la adultez disminuye un poco y en la vejez vuelve a aumentar"

Moragues ha expuesto que la soledad no deseada no es solo un problema que afecta a las personas mayores, sino que cada vez más jóvenes se sienten desconectados, incluso rodeados de gente. Según ha señalado, "las personas somos expertas en disimular la soledad" por la gran cantidad de "estigmas y tabúes". Factores como la presión social, la falta de vínculos emocionales sólidos y el uso excesivo de las redes sociales contribuyen a aumentar ese sentimiento de aislamiento.

La soledad no deseada tiene consecuencias directas sobre la salud mental y emocional de los jóvenes. Moragues ha subrayado la importancia de crear redes de apoyo y fortalecer los vínculos sociales desde edades tempranas: "Los adolescentes y jóvenes están rodeados de personas adultas que pueden ayudarles como sus familiares, quienes escuchándoles y preguntándoles cómo se sienten ya marcan la diferencia".

Durante la jornada también se ha celebrado una mesa redonda centrada en la soledad en personas mayores, con la participación de profesionales de distintas entidades como el Hospital Sant Joan de Déu, Cáritas, la Creu Roja y la Fundació La Caixa. El encuentro, moderado por Inmaculada Iglesias, directora de la Fundació Sant Joan de Déu i de Solidaritat Mallorca, ha concluido con una llamada común: la soledad no deseada es un problema compartido que requiere respuestas colectivas.