La payesía mallorquina se resigna ante las lluvias virulentas: "No es lo ideal, pero la sequía es tal, que nos conformamos"

Palma

La payesía mallorquina se resigna ante las lluvias que, con cada vez más frecuencia, dañan los cultivos de la isla. El coordinador del sindicato Unió de Pagesos, Joan Gaià, admite que las DANAS han existido siempre, pero apunta que el campo está en un momento en el que cualquier cosa vale, incluso estas nuevas formas de precipitación como las de las últimas semanas. La tierra no es capaz de aprovechar todo el agua que cae en media hora, dice, pero la sequía es tal que no queda más remedio que conformarse.

Hay soluciones, dice, tanto técnicas como administrativas, pero lamenta la lentitud de las instituciones a la hora de reaccionar ante la realidad del cambio climático. De hecho, recuerda que hace ya dos años reclamaron al Govern que conformara una administración agraria al servicio de la payesía; solicitud que, finalmente, no llegó a buen puerto.

Más allá de las precipitaciones, Gaià insiste en los termómetros. Las altas temperaturas son un problema tanto por el exceso como por la falta de frío, lo que se comprueba, dice, en especies como el cerezo, que necesita temperaturas por debajo de los ocho grados durante determinadas horas al año y cada vez es más complicado. Un cultivo que está en juego, advierte, al igual que el olivo tradicional, que empieza a ser sustituido por variedades que resisten mejor las plagas.

Aparte de la implicación de las instituciones, Gaià tiene claro que la payesía tiene que adaptarse a nuevas técnicas ecológicas si quiere que el campo sobreviva, por mucho que algunos sectores y fuerzas políticas insistan en negar la realidad climática.