"Estoy en la calle, nos buscamos la vida, durmiendo en un rincón para poder salir adelante"
Càritas alerta de una realidad cada vez más visible: personas que han trabajado toda su vida y hoy duermen en la calle o temen perder su casa por el precio del alquiler


Palma
La crisis de la vivienda en Mallorca tiene nombres y rostros. Detrás de las cifras hay personas que a pesar de haber trabajado toda su vida han acabado en la calle. Son historias como las de Narcisa, Eloy o Leo, atendidos por Cáritas Mallorca.
Narcisa es ecuatoriana y lleva 24 años viviendo en Mallorca. Ha trabajado toda su vida, sobre todo en hoteles y cuidando personas mayores. Pero ahora su situación ha cambiado: enferma de lupus y sin recursos, lleva 9 años esperando una vivienda del IBAVI. Con 65 años, está en la calle y duerme en una nave industrial con un amigo que le ha prestado una tienda de campaña.
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Narcisa, usuaria de Càritas Mallorca (23/10/2025)
No quiere volver a Ecuador porque aquí recibe un tratamiento sanitario y tampoco quiere salir de la Isla porque teme estar sola sin poder ver a sus nietos en Mallorca.


Eloy tiene 76 años y vive en Inca. Hace apenas unos meses estaba durmiendo en la calle, pero gracias a Cáritas ha podido rehacer poco a poco su vida. A pesar de las dificultades, se muestra agradecido y contento por la ayuda que recibe. Lamenta que a pesar de recibir una pensión de unos 800 euros, tiene que pagar cada mes unos 500 euros de manutención para sus dos hijos ya mayores.
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Leo, usuario de Càritas Mallorca (23/10/2025)
Leo tiene 66 años y también ha pasado por la calle. Ahora vive en una pequeña casa de aperos en el campo, en Inca. Cobra una pensión no contributiva de 564 euros al mes, que no le alcanza para pagar un alquiler. Se crio en Mallorca, ha trabajado en la construcción, el calzado y la venta ambulante, y hoy sobrevive con la ayuda de Cáritas y un comedor social. Espera poder volver a su ciudad natal, en Córdoba.


Quienes ayudan también padecen la crisis habitacional. Nerea es trabajadora social en el comedor de Càritas en Inca. Lamenta que después de ocho años se les acaba el contrato de alquiler a sus padres y no podrán hacer frente a los precios que están pidiendo actualmente. Pagan ahora 650 euros por un piso. Creen que tendrán que acabar viviendo con ella, su pareja y una niña de 4 años, en un inmueble de dos habitaciones. También barajan otra alternativa, que es regresar a la Península.
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Nerea, trabajadora social de Càritas Mallorca (23/10/2025)
Son algunos de los testimonios recogidos este jueves en un acto de Càritas para visibilizar a las personas sin hogar en Mallorca.




