Projecte Home. Capítulo 10. La prevención
El rol de las familias y la comunidad
Projecte Home. Capítulo 10. Prevención en acción
Mahón
Hemos invitado a Alberto Borrás de Projecte Home a Menorca para hablar de la importancia de la prevención y el rol de las familias.
La prevención de las adicciones es uno de los grandes retos de salud pública de nuestro tiempo. No se trata solo de reducir el consumo de sustancias, sino de promover entornos saludables que protejan a niños, adolescentes y jóvenes frente a las múltiples conductas de riesgo. En este proceso, las familias y las comunidades juegan un papel clave. El hogar, como primer espacio de socialización, y el barrio o la comunidad, como marco de convivencia, son escenarios decisivos para construir una cultura preventiva sólida y sostenible.
Familias como núcleo de protección
Diversas investigaciones han mostrado que las variables familiares influyen de manera decisiva en la probabilidad de que aparezcan conductas de consumo de drogas en la adolescencia. La comunicación dentro del hogar, la transmisión de valores y el acompañamiento en cada etapa del desarrollo configuran un entorno de riesgo o de protección. Por ello, trabajar con las familias se considera básico no solo para reducir riesgos, sino también para aumentar la resiliencia de los más jóvenes.
Las familias no deben ser vistas únicamente como receptoras de programas diseñados desde fuera. El informe del Plan Nacional sobre Drogas señala que es urgente un cambio de paradigma: pasar de intervenciones dirigidas a las familias a sistemas de prevención coproducidos con ellas. Este enfoque implica reconocer que padres y madres tienen múltiples roles —como profesionales, ciudadanos o miembros de asociaciones— y que su diversidad aporta riqueza a la hora de diseñar estrategias de prevención más eficaces y cercanas a la realidad.
Para que estas intervenciones tengan éxito, deben cumplir dos condiciones: contar con profesionales formados en prevención y estar integradas en sistemas más amplios, como los escolares y comunitarios. Así, la prevención deja de ser un esfuerzo aislado y se convierte en parte de un entramado social más fuerte.
Comunidades que previenen juntas
La prevención no se limita al hogar. El barrio, la escuela y los espacios de ocio forman un ecosistema que influye de manera directa en los hábitos de los jóvenes. De ahí la importancia de las estrategias comunitarias. Experiencias en Europa han demostrado que cuando las familias participan en coaliciones locales, junto con escuelas, asociaciones y autoridades, se genera lo que los expertos llaman “alfabetización en prevención”: un conocimiento compartido que permite a la comunidad reconocer riesgos, actuar de manera coordinada y sostener las intervenciones en el tiempo.
En este sentido, programas internacionales como “Communities That Care”, implementado en Estados Unidos y Alemania, muestran que la movilización de todos los sectores interesados de la comunidad puede reducir de forma significativa los comportamientos de riesgo en la juventud. En España se han adaptado experiencias similares, pero aún queda camino por recorrer para fortalecer la participación real de las familias en estos procesos.
El entorno local también influye en la aparición de vulnerabilidades. Modelos de ocio centrados en el alcohol, la proliferación de casas de apuestas o la venta de bebidas a menores son factores de riesgo que deben ser contrarrestados con políticas activas y redes de apoyo comunitario. Aquí, la familia vuelve a ser esencial como agente de cambio, capaz de conectar la vida privada con el espacio público.
Retos y oportunidades de la prevención familiar
La prevención familiar ha demostrado su potencial, pero también enfrenta limitaciones. Muchos programas aplicados en Europa no han mostrado eficacia suficiente en la reducción del consumo de alcohol o tabaco. Esto no significa que carezcan de valor, sino que deben combinarse con otras intervenciones contextuales y adaptarse a cada etapa de desarrollo de los hijos.
Los expertos coinciden en que es necesario transformar la manera de hacer prevención. No basta con sesiones aisladas; se trata de generar procesos continuos, conectados y participativos. Además, los programas eficaces deben estar respaldados por políticas coherentes y por recursos estables, que permitan a las familias sentirse apoyadas en el largo plazo.
El desafío es grande, pero también lo son las oportunidades. Las familias constituyen un colectivo diverso y presente en todas las esferas de la sociedad. Su implicación en la construcción de redes preventivas puede ser decisiva para imaginar futuros libres de adicciones. La clave está en pasar de verlas como sujetos pasivos a reconocerlas como protagonistas activas de una nueva cultura de la prevención.
Luis Soler
Desde los 14 años está en antena. Lo que empezó...Desde los 14 años está en antena. Lo que empezó como un juego se convirtió en una pasión. Sus estudios de márquetin le abrieron la puerta a la radio comercial y desde entonces ha sido técnico, locutor en emisoras musicales, luego magazine, reportajes, informativos y más.