Los vecinos de Canamunt denuncian la gentrificación cronificada del barrio y la fuga de residentes
La asociación de vecinos celebró una asamblea en la que decidieron impulsar una búsqueda de viviendas vacías y cerradas para intentar convencer a sus propietarios de que las pongan a disposición de residentes del barrio


Palma
Los vecinos de Canamunt denuncian la gentrificación cronificada del barrio. En los últimos meses, el goteo de familias que han tenido que abandonar sus viviendas por la finalización de los contratos de alquiler y las subidas abusivas ha sido una constante. La asociación de vecinos celebró ayer tarde una asamblea en la que decidieron impulsar una búsqueda de viviendas vacías y cerradas para intentar convencer a sus propietarios de que las pongan a disposición de residentes del barrio.
Rosa Deyà es una de las residentes afectadas. Lleva en el barrio 26 años, 18 de ellos en la misma casa pagando un alquiler de 800 euros. El propietario les ha notificado, a ella, su pareja y sus hijos, que tienen que abanonar la casa en agosto, cuando finaliza el contrato de alquiler. No les ha dado la opción de renovar.
Deyà afirma que ha comenzado la búsqueda de vivienda para intentar quedarse en el barrio, algo complicado porque los alquileres rondan los 1.700 euros para una vivienda de dos habitaciones. Habla de un problema colectivo que se ha cronificado. Por eso, apela a propietarios responsables y comprometidos para encontrar una solución a su situación.
La asociación de vecinos reunida ayer decidió impulsar una búsqueda activa de viviendas vacías para intentar captar algunas y ponerlas a disposición de los vecinos amenazados por la finalización de los contratos de alquiler. Antònia Figuerola, presidenta de la asociación de vecinos, explica que cada vez más propietarios de toda la vida están a disgusto porque cada vez queda menos gente y menos comercios tradicionales.
Advierte de que los vecinos que viven de alquiler tienen miedo a ser los próximos en tener que marcharse. Y es que los precios se han doblado en la última década. Figuerola explica que ella pagó 600 euros cuando llegó a Canamunt en 2015. Alquileres que, a día de hoy, ya no existen. La asociación de vecinos ha creado un pequeño grupo de trabajo para seguir reclamando soluciones a las administraciones e implicación a los vecinos.




