Médicos del Mundo atiende a 1.215 mujeres que se prostituyen y sufren violencia invisible
Entre las consecuencias más frecuentes de ejercer la prostitución figuran la depresión, la ansiedad, el trastorno por estrés postraumático, los problemas de sueño y de alimentación, el consumo de alcohol y otras drogas


Palma
Médicos del Mundo Illes Balears, que atiende a 1.215 mujeres en situación de prostitución en el archipiélago, ha denunciado que son víctimas de explotación sexual y de "violencia invisible" y extrema.
Con motivo del Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer (25N), la entidad ha llamado la atención en un comunicado sobre la prostitución, por constituir "una de las formas más graves de violencia de género", con "consecuencias profundas para la salud física, sexual y mental de quienes la padecen".
Advierten de que es un problema de salud pública "de proporciones epidémicas" que exige la implicación activa de los sistemas sanitarios en la detección, prevención y atención de estas violencias.
El impacto en la salud mental de estas mujeres es especialmente alarmante. Entre las consecuencias más frecuentes de ejercer la prostitución figuran la depresión, la ansiedad, el trastorno por estrés postraumático, los problemas de sueño y de alimentación, el consumo de alcohol y otras drogas, así como conductas autolesivas e intentos de suicidio, detalla Médicos del Mundo.
En el ámbito de la salud sexual y reproductiva, son frecuentes los embarazos no deseados, las infecciones de transmisión sexual, las complicaciones durante el embarazo, abortos espontáneos, hemorragias, infecciones pélvicas crónicas y relaciones sexuales dolorosas.
La salud física también se ve afectada, con lesiones leves, dolor crónico e incluso riesgo de muerte.
De acuerdo con los datos internos de Médicos del Mundo Illes Balears, la mayoría de estas mujeres son extranjeras, procedentes de países como Colombia, Venezuela y Paraguay, y muchas huyen de contextos de pobreza estructural o de regiones en conflicto.
Suelen tener entre 25 y 44 años, bajo nivel educativo y responsabilidades familiares, y un alto porcentaje se encuentra en situación administrativa irregular, algo que limita su acceso a derechos básicos y servicios públicos esenciales, incluyendo la atención sanitaria, aumentando su vulnerabilidad y dependencia de redes de explotación.
En los últimos años, Médicos del Mundo Illes Balears ha observado un aumento de la rotación de mujeres en los espacios de prostitución debido a la demanda constante de servicios sexuales. En consecuencia, las plazas temporales en pisos particulares, generalmente de 21 días, obligan a los desplazamientos continuos, lo que impide su arraigo en la sociedad y dificulta la continuidad de la atención.
Para responder a esta situación, Médicos del Mundo Illes Balears desarrolla un trabajo que incluye la dispensación de material preventivo y la realización de salidas de acercamiento a calles, pisos y clubes, además de acciones de prospección en entornos digitales donde también se produce la explotación.
La entidad lleva a cabo acompañamiento a recursos sanitarios, sociales y comunitarios, así como seguimiento individualizado de cada caso, organiza talleres grupales y espacios seguros que favorecen el autocuidado, el apoyo mutuo y la construcción de vínculos protectores; y actividades de sensibilización dirigidas a jóvenes, profesionales sanitarios y a la población en general, para promover cambios estructurales.
La ONG también ofrece asesoramiento jurídico y ha atendido a más 100 mujeres en procesos de arraigo y extranjería, permisos por violencia de género, procedimientos de protección internacional, de empadronamiento, acceso a ayudas sociales, acreditaciones como víctimas de trata y realización de pruebas de embarazo, sífilis y VIH, y derivación a centros especializados como el de Atención a Infecciones de Transmisión Sexual (CAITS).
Médicos del Mundo Illes Balears recalca que esta violencia y explotación sexual no sería posible sin los proxenetas, que se lucran explotando a las mujeres, y los puteros, cuya demanda alimenta y perpetúa el sistema prostitucional.




