"Fui vendida con 14 años", el relato de las víctimas de prostitución cuando la ley abolicionista se abre paso
Kamila Ferreira narra en la SER los 25 años que ejerció la prostitución: "Les gustan las mujeres incultas, analfabetas mejor, sumisas"
Santa Cruz de Tenerife
Kamila Ferrira llegó a Canarias en pleno apogeo de juventud. Tras 25 años en el "asqueroso mundo de la prostitución", como ella misma lo define, logró salir. Hoy celebra que la Ley abolicionista del PSOE se haya abierto paso en el Congreso de los Diputados con el apoyo del PP y pese a la división de los partidos de izquierda. En la SER ha relatado cómo salió de una de las muchas favelas de Brasil sin saber si quiera que estaba siendo víctima de la trata de mujeres.
"Fui vendida con 14 años de un país a otro, de Brasil a Chile, de Chile a México y de México a España con documentación falsa. Estuve en Valencia, pasé diez años encerrada con otras niñas, éramos todas brasileñas", ha relatado asegurando que solo salía "para atender a los puteros", por lo que "pierdes la noción del tiempo". De ahí, su clara condición abolicionista.
Ferreira ha asegurado temer por esta proposición de Ley: "No me gustaría que pasara en España lo mismo que en Francia. Ha sido un fracaso absoluto. Allí tengo compañeras que siguen siendo prostituidas". También ha pedido "amparo" para las mujeres en situación de prostitución y las supervivientes porque "no se puede dejar a las mujeres a la deriva". Una de las mayores reclamaciones es la participación de las víctimas dado que "hay mucha gente que habla de nosotras, por nosotras, pero sin contar con nosotras".
En el Archipiélago, donde impera el turismo, se estima que hay más de 3.000 mujeres en situación de prostitución. Sin embargo, Kamila asegura que "son muchas más (...) Esas son las mujeres que están "registradas". ¿Y las mujeres que entran en cargueros, de forma clandestina, a España?". Al respecto, la norma socialista buscar castigar a los proxenetas y multar a los puteros. Con la modificación del Código Penal se impondrían penas de tres a seis años de prisión y multas de hasta 24 meses para aquellos que induzcan a ejercer o mantenerse en la prostitución a través de la violencia, el abuso de superioridad o la intimidación. También señalaría a los dueños de clubes o locales.
A través de su experiencia, Ferreira pide a los consumidores de prostitución que "sean conscientes" porque "saber que detrás de la ropa sexi, de una mujer prostituida, hay una niña, un historial de precariedad, maltrato, falta de educación. El sistema se alimenta de la precariedad, de la vulnerabilidad. Gran parte tenemos un largo historial de maltrato por parte de las familias, las parejas (…) Les gustan las mujeres incultas, si fueran analfabetas mejor todavía, sumisas...".