Canarias: ¿superpoblada o vaciada?

La Real Academia Española de la Lengua define el concepto de 'superpoblación' como el exceso de individuos de una especie o de un conjunto de especies que habitan en un espacio determinado. Sin embargo, ubicar el punto exacto en el que considerar que una población es desmesurada para un territorio se presta a interpretaciones subjetivas y resulta una apreciación relativa si no se analiza una serie de indicadores de manera pormenorizada. Con cerca de 2,2 millones de habitantes y 292 personas por kilómetro cuadrado, Canarias es la tercera comunidad autónoma de todo el Estado con mayor densidad poblacional, solo por detrás de Madrid y Euskadi. Si bien el aumento demográfico de las Islas en el último siglo ha sido casi la mitad que el incremento de la población que ha experimentado el conjunto del planeta en el mismo periodo, un 32% frente al 60%. Además, tenemos la tasa de fecundidad más baja de España -0,9 hijos por mujer, mientras que la media nacional es de 1,2 hijos-, por lo que la tendencia en el Archipiélago a medio plazo se dirige hacia una población eminentemente envejecida: por cada 100 menores de 15 años en las Islas, 124 personas superan los 64 años, un 16% que, de mantenerse esta línea, aumentará hasta el 25% en 2035.

La radiografía es "preocupante e insostenible", expresó en el Hoy por hoy Las Palmas Jordi Boldú, geógrafo experto en población y vulnerabilidad urbana, en relación a la Comisión de estudio del reto demográfico de las Islas que creará esta semana el Parlamento de Canarias ante el problema de superpoblación "real" al que nos enfrentamos, según el presidente regional, Ángel Víctor Torres. "Cuando se hace un estudio socioeconómico-demográfico, los datos de densidad poblacional hay que analizarlos en una escala de detalle", explicó Boldú, ya que la extensión de los núcleos urbanos no es heterogénea en todo el Archipiélago ni en toda la geografía de cada isla. En Gran Canaria, por ejemplo, "las áreas pobladas forman una media luna a través del litoral norte, pasando por el área metropolitana y el sureste, hasta las localidades turísticas del sur; pero hay otras zonas de interior, de tradición rural, que están prácticamente despobladas con la consiguiente pérdida de identidad y desarraigo".

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"Se puede considerar superpoblación en el marco de sostenibilidad y cambio climático en el que nos movemos en la actualidad y si lo comparamos con tiempos pasados", prosiguió el geógrafo, quien en este sentido contextualizó la valoración del presidente canario en base a que las Islas son una Región Ultraperiférica de la Unión Europea, lejana del continente, con un territorio fragmentado por la insularidad y pequeño. "Estos factores son una realidad, pero también estamos en otro modelo productivo que ha cambiado radicalmente", matizó Boldú. Por lo que, en su opinión, el problema de Canarias no es tanto la densidad de población sino el reemplazo generacional. "El Archipiélago no está exento de ese fenómeno de transición demográfica que afecta a toda Europa en esta etapa de posmodernidad", afirmó Jordi Boldú, pero en las Islas "el índice de fecundidad está por debajo del reemplazo generacional, un indicador que preocupa en un marco de bienestar social que se sostiene con los impuestos de los contribuyentes".

Y es que en términos demográficos la población se divide entres tipos. Población productiva, formada por las personas en edad de trabajar y que contribuyen a las arcas públicas con su trabajo e impuestos; la población dependiente activa, los menores de edad que van a aportar en el futuro a las arcas públicos; y la población dependiente pasiva que ha cumplido con su periodo de cotización laboral y pasan a depender de las pensiones del Estado. "Sostener a esa población dependiente pasiva en un contexto de envejecimiento demográfico, supone un problema", concluyó el experto.