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Fuego en las copas y vainas para bailar

Los flamboyanes que animan las calles de Santa Cruz han florecido antes este año gracias al verano adelantado que estamos viviendo

Santa Cruz de Tenerife

Gracias al verano adelantado que estamos viviendo este año, los flamboyanes atraen todas las miradas estos días de quienes pasean por las calles de Santa Cruz de Tenerife. Así lleva ocurriendo siglos desde que llegaron a Canarias. Pero ¿sabemos algo de su historia y los misterios y las costumbres que lo rodean? Es un árbol que ha realizado un largo viaje  hasta nosotros desde la selva de Madagascar donde, curiosamente, hoy en día están casi en peligro de extinción.

Las flores rojas que pueblan su copa en forma de paraguas en cuanto llega el buen tiempo le han valido numerosos y creativos nombres a lo largo y ancho de todo el mundo. Quizá los más gráficos sean los que le dan en Guatemala, El Salvador y parte de México: árbol de fuego o flor de lumbre. Pero no son los únicos. Mata de gallito los llaman en parte de Venezuela. Acacia roja en Colombia y Honduras. Malinche en Nicaragua y Costa Rica. Y en Argentina y Uruguay los llaman chivitos, porque en el País Vasco, de donde se importaron, se usaban sus hojas para alimentar a los baifos.

Nosotros lo conocemos como flamboyán. Y le cuadra por completo. En francés (y en inglés, que ha importado la palabra sin variación alguna) "flamboyant" significa llamativo; vistoso; brillante; resplandeciente. Por ahí van los tiros también (con un poco de imaginación) con su nombre científico: delonix regia. Viene del griego, lengua en la que 'delos' significa evidente, obvio y 'onix', garra. 'Regia', por descontado, viene por su apariencia digna de reyes.

Los usos que se le dan también varían según las zonas. En Puebla, Veracruz y Baja California, la corteza se aplica macerada sobre las articulaciones, cuando se padecen reumas. En Michoacán, se bebe la cocción de las flores para tratar problemas respiratorios, como tos y asma. Los caribeños usan las vainas secas como maracas, meneándolas para suenen las semillas. Exactamente igual que hacemos en Canarias. Esas vainas, leguminosas, como las judías, son extremadamente sólidas. Tanto que es dificilísimo extraer las semillas para poder plantarlas por lo que algunos expertos en jardinería optan por ponerlas primero en remojo para poder sacarlas.

También son muy poderosas sus raíces, y dadas a expandirse, lo que lo convierte en una especie vegetal 'poco sociable', ya que es necesario plantarla a cierta distancia de otros ejemplares.

Y un últmo apunte sobre estos árboles tan hermosos que exiben su extravagante belleza por todo el mundo: su sombra es tan espesa que quienes se coloquen debajo tienen garantizada la protección solar. De hecho, en sus hábitats primigenios servía como refugio para los animales, que además se beneficiaban de su producción de oxígeno.

 
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