Opinión

Se rompió la magia

COMENTARIO CASTAÑEDA 28 JUNIO

Santa Cruz de Tenerife

Pues sencillamente sucedió que la varita mágica se quebró y que los polvos perdieron su condición de mágicos, y se convirtieron en barro y lodo espeso en el que han quedado atrapadas miles de familias de nuestra tierra.

A peor vida pasó aquella magia por la cual millares de familias canarias, que contaban con unos ingresos de 700 u 800 euros, pagaban alquiler, luz y agua, daban de comer a sus hijos y casi sin respiración llegaban a final de mes.

La inflación, vamos, la subida brutal de precios que han registrado  todos los productos, incluidos los de primera necesidad, han reventado esa capacidad sorprendente e inexplicable, mediante la cual con menos ingresos y más gastos obraban el milagro de subsistir.

Eso ya desapareció y la pobreza de forma contumaz golpea por partida doble a los más vulnerables de nuestra tierra que es el paraíso de la pobreza,

Porque en ese ámbito, en el de la exclusión social se encuentran sumidos más de 200.000 trabajadores en Canarias, mujeres y hombres que tras deslomarse laboralmente, pese a estar trabajando, saben que de sus espaldas pende la etiqueta de pobres. Y ahí siguen ellos, luchando contra todas las adversidades del mundo, mientras otros discuten que si bajar o mantener los impuestos  o dibujan estrategias de resultados claramente insuficientes.

Por todo ello, el pacto de rentas no es una necesidad, sino que se convierte en una obligación ineludible a rubricar por patronal y sindicatos,

Pacto de rentas, que deben tener como pivotes arbotantes unas políticas sociales que lleguen de verdad al fondo del problema y no se queden en la mera condición de meros traguitos de agua ante gargantas y cuerpos deshidratadas por completo, y que al fin al cabo son cuerdas invisibles que siguen tirando del adocenamiento de un pueblo que cualquier día puede abandonar su papel de sumiso y protagonizar un susto social que va a dejar cianótico a más de uno.

Ya no queda más  madera para tanta guerra, pero de troncos de los otros  tenemos grandes excedentes.